El desdoblamiento del corredor se ha coordinado con la ampliación de Rande, cuyo inicio es inminente, y la Xunta mantuvo contactos con el Ministerio de Fomento para estudiar una solución a la conexión entre la futura autovía y la autopista. El proyecto prevé una modificación del diseño de la conexión que consiste en bifurcar dos carriles de la calzada en dirección al puente, segregando el tráfico procedente del corredor que tiene como destino la AP-9. De este modo los vehículos no tendrán necesidad de pasar por la glorieta, reduciéndose el tránsito en este punto. El cambio tiene especial incidencia en verano, cuando la parada de los coches en la rotonda provoca importantes atascos en horas punta.

El nuevo carril segregado finaliza en el derecho de la actual calzada que une la glorieta con el vial de acceso a la autopista, de ahí que se recabase la autorización del ministerio para diseñar un nuevo acceso de mayor longitud para los vehículos que, procedentes de la rotonda, se incorporen al ramal con dirección a Pontevedra. Esta solución, que requiere del traslado de la cabina de expedición de tíquets, facilita el cambio de carril.

La ampliación del puente ya ha sido adjudicada a Dragados y Puentes y Calzadas por 130 millones. Las obras se prolongarán por 23 meses, según figura en las condiciones de su oferta.

La consellería, por otra parte, considera "fundamental", según indican sus portavoces, convertir el corredor en autovía para reducir sus problemas de capacidad. "Mejorará la seguridad viaria y la estructura territorial de las comunicaciones de la comarca", indican.