Por aquel 1923, Manuel Gómez Román tenía 47 años, era ya un arquitecto de genio que había diseñado espléndidos edificios. En su madurez creativa contacta con un equipo singular. Lo lidera Antonio Valcarce, empresario admirador de la industria alemana y el trato con los ingenieros. No se trata de colaborar en una conservera ni una metalúrgica, sino de algo más primario: un edificio para hacer pan.

Hace falta agua, buena y abundante. Se eligió una parcela con copiosa mina de agua sana, situada por encima de la ciudad, en la falda del Castro. De ahí, el emplazamiento que hoy admiramos. Se iban a trasegar miles de toneladas de cereal, de ahí, los posteriores silos que hoy catalogamos. Pero sobre todo, se necesitaba un buen orden. Saciar de carbón los hornos y sacar cada día, limpio, puntual y fresco, el pan a la calle. Se hizo cerca de 60 años.

¿Cómo trabaja en equipo el polifacético y cosmopolita Gómez Román? Por el edificio Mülder sabemos de su interés por Horta y Van de Velde y en términos de arquitectura industrial, círculos próximos transitaban ya hacia un racionalismo estricto. La monumentalidad de Behrens desaparecía en las nuevas fábricas de Gropius y Meyer. Sea como fuere el papel del arquitecto de recursos cultos, la respuesta arquitectónica en Vigo es una organización de extrema desnudez y eficacia.

La disposición de cuerpos edificados, aprovecha el desnivel de la parcela para organizar la cadena productiva. El grano entra por el punto más alto y, por gravedad, pasa al lavado, la molienda, amasado? y así hasta los furgones que cargados de pan salen bajo las tres arquerías (perfectamente conservadas) situadas en la cota más baja. El centro de un esquema de libre simetría se reserva al hogar, los hornos, al tótem de la chimenea fabril.

Sus valores, utilidad y transitoriedad, movilidad y caducidad. Una honestidad radical que permitió evolución y larga vida. Hasta su lógica final, el actual "problema de las ruinas industriales". Ahora, resolver este problema sería el mejor homenaje.

*Fraga-G. Quijada-Portolés y Asociados