Un millar de estudiantes -la mitad según la Policía-exhibieron ayer en Vigo su rechazo a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) en una manifestación que partió desde la Praza de América, subió por Praza de España y se disolvió en la rúa Urzáiz. La marcha, al igual que otras que se realizaron simultáneamente en las principales ciudades gallegas y españolas, estaba convocada en solitario por el Sindicato de Estudiantes bajo el lema "En defensa do ensino público", coincidiendo con la segunda jornada de huelga general en la enseñanza, que concluirá hoy.

El portavoz del Sindicato de Estudiantes en Vigo, Alberto Fernández. criticó una ley que considera una "contrarreforma franquista de la educación" que "expulsará" del sistema a los alumnos pertenecientes "a la clase trabajadora", así como los recortes del Gobierno en materia educativa o la reducción de grados de cuatro a tres años, el establecimiento de tasas de matriculación en bachillerato o Formación Profesional o la retirada de becas.

"Los recortes presupuestarios pasan factura a la calidad de la educación", denunció Fernández, que aboga por continuar con las movilizaciones y manifestaciones a favor de una "educación pública". Fernández cuantificó la participación en la huelga convocada para los días 21, 22 y 23 en un 100% en las enseñanzas medias y entre un 70% y 80% en las superiores.

La manifestación contó con la respuesta a su paso por Praza de España de un grupo de 50 personas convocados por el sindicato independentista AGIR, que tacharon a los manifestantes de "oportunistas y españolistas", gritando diversas consignas en favor de la independencia y portando una pancarta en la que se leía "Sindicato de Fascistas". Criticaban así al Sindicato de Estudiantes por convocar una huelga "en solitario, de forma unilateral y sin trabajo de base", además de poner en práctica actuaciones que "no se ajustan a los ritmos y necesidades de cada nación".

Para controlar la situación, en la ciudad se registró un gran despligue policial, con furgones y un helicóptero que sobrevolaba la zona para evitar los altercados producidos en manifestaciones anteriores. Durante la confrontación entre ambas marchas, efectivos policiales procedieron a realizar alguna identificación pero sin "incidentes reseñables".

Los manifestantes convocados por el Sindicato de Estudiantes continuaron con su recorrido hasta la calle Urzáiz, donde se disolvieron finalmente. Por contra, las personas convocadas por el sindicato independentista AGIR continuaron divididas en grupos que se desplazaron hasta el Concello y la comisaría de Policía.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, consideró "muy reducido" el seguimiento de la huelga de estudiantes de las enseñanzas públicas, de acuerdo con la información que le transmitieron.