La primera ciclogénesis explosiva del otoño colapsó ayer Vigo durante varias horas y desbordó a Policía Local, Bomberos y Protección Civil, que tuvieron que realizar más de 200 intervenciones entre las diez y primera hora de la tarde. Margit, como fue bautizado el fenómeno meteorológico y que pasó de alerta naranja a roja por la mañana, azotó duramente a la ciudad descargando casi 100 litros por metro cuadrado, lo que provocó que las inundaciones comenzaran a sucederse por multitud de zonas. Colón, Areal, Julián Estévez o la calle Olímpicos, en Balaídos, fueron las más afectadas. Las intensas lluvias anegaron decenas de viales y el agua se coló en locales comerciales y garajes particulares. Muchas alcantarillas saltaron y se formaron géiseres, como en el entorno de Colón, Marqués de Valladares o Rosalía de Castro, calles que también hubo que cortar al tráfico parcialmente al quedar completamente anegadas.

La situación llegó a ser tan crítica en algunos puntos de la ciudad que el Concello llegó a lanzar un comunicado por la tarde para desaconsejar la utilización del vehículo particular. "Se insta a evitar el uso del automóvil en la medida de lo posible. En el caso de ser necesario circular con el coche, se aconseja evitar la zona de Balaídos, calle Coruña, Beiramar y el entorno de Plaza de Compostela, Areal y Julián Estévez", solicitaron. El concejal de Tráfico, Carlos López Font, calificó de "muy complicada" la situación vivida en la ciudad por la mañana

Citroën, parado

Pero el temporal no solo causó serios colapsos de tráfico, sino que afectó incluso a la planta de PSA Peugeot Citroën. El chaparrón provocó una caída de tensión sobre la una de la tarde en el puesto de transformación eléctrica de la fábrica y se tuvieron que parar las dos líneas de trabajo, que estuvieron sin funcionar en torno a una hora. Además, la empresa se vio obligada a cancelar el turno de noche como consecuencia de la parada que afectó a ferraje y pintura. El trabajo tuvo que trasladarse para hoy.

Y es que el entorno de Balaídos fue uno de los más perjudicados por las lluvias torrenciales. La calle Olímpicos se inundó al poco tiempo de comenzar a llover con intensidad. Decenas de coches que estaban allí aparcados quedaron prácticamente cubiertos por el agua, que se coló incluso en el interior del estadio y llegó hasta el campo de juego.

Todo ocurrió sobre las once de la mañana coincidiendo con la pleamar, lo que agravó todavía más la situación y, en la zona de Balaídos, causó también el desbordamiento del río Lagares. La Policía Local tuvo que cortar el tráfico rodado, tanto tras la grada de Gol, como en la avenida de Citroën y Portanet. Los desbordamientos se produjeron también a la altura del parque de Castrelos, que quedó parcialmente cubierto por el agua por ambos márgenes del río.

Entre las once la mañana y las dos de la tarde las centralitas de Policía Local, Bomberos y Protección Civil no pararon de sonar. "Estamos desbordados", admitía un agente. Y es que a esas horas se multiplicaban las arquetas de alcantarillado que saltaban por la presión del agua, los árboles caídos, el desplazamiento de contenedores o las llamadas de vecinos cuyos bajos y aparcamientos estaban anegados. Solo la Policía Local contabilizó 138 actuaciones. La mayoría por inundaciones de vehículos, cortes de calles por estar intransitables, árboles caídos o viviendas anegadas. Los agentes tuvieron además que socorrer a dos personas atrapadas en el interior de sus coches. Los bomberos contabilizaron en torno a 50 servicios y Protección Civil, más de 20.

Julián Estévez

Otro de los puntos negros fue Julián Estévez. Los bomberos tuvieron que rescatar a un conductor que se había quedado atrapado con su coche. Pero además, el agua alcanzó tanta altura que obligó a cortar la calle y llegó incluso a las vías del tren, lo que dejó a la estación de Guixar incomunicada durante varias horas al no poder entrar y salir los ferrocarriles. El cierre del vial obligó a desviar la línea L17 de Vitrasa que circula por este punto. El corte de esta calle y el intenso tráfico provocó colas de coches kilométricas en la rotonda en la que confluyen Julián Estévez, Sanjurjo Badía, Rosalía de Castro y el túnel de Beiramar.

En el subterráneo de Orillamar también hubo serios problemas. A primera hora se tuvo que cerrar el acceso a la autopista AP-9 debido a que el subterráneo se inundó. La Policía activó una señal luminosa y cerró la entrada, lo que obligó a que todos los vehículos que iban en esa dirección tuvieran que proseguir hacia Rosalía de Castro y acceder a la AP-9 a través de Isaac Peral. Pero también en esta última calle una enorme riada que caía hacia Guixar complicó la circulación de vehículos.

Plaza de Compostela

Plaza de Compostela, Areal y Guixar también sufrieron la dureza de Margit. El agua anegó Montero Ríos y entró en multitud de garajes del entorno, como en algunos de Luis Taboada, cuya planta baja quedó completamente inundada. El agua se coló también en el túnel de Beiramar y fue necesario cortar temporalmente el tráfico en el acceso desde la paellera, en Areal.

En Teis, en el colegio Vicente Risco, donde intervino Protección Civil, fue necesario incluso evacuar a varias clases de niños de infantil, que fueron trasladados a la primera planta ante el riesgo de que el agua se colara en el bajo del centro educativo. "Tuvimos la suerte de que hay dos portalones y uno de ellos amparó la riada. Temíamos que el agua entrara en el colegio, porque caía una cantidad inmensa y vivimos momentos tensos, por eso tomamos la precaución de subir a los alumnos a la planta primera", explicaba su directora, Obdulia Cristobo.

Los voluntarios de Protección Civil se vieron incluso obligados a triplicar el número de efectivos. De las diez personas que suelen trabajar de día, se reforzó con hasta 20 más. "Estamos avisando a todos los compañeros que podemos", admitían. Durante toda la mañana intervinieron en varios accidentes por alcance, en la caída de un tendido eléctrico en Condesa Bárcena, en inundaciones en la carretera de Bembrive y también en Sárdoma, entre otras. "Fue un caos. Comenzamos a las once de la mañana y muchos todavía no han parado", confesaba un voluntario a las cinco de la tarde.

Como consecuencia de la ciclogénesis también se produjeron incidentes en varias parroquias, como en la avenida Alcalde Lavadores, donde un muro se desplomó contra un coche que quedó destrozado. No hubo que lamentar heridos. Y en San Miguel de Oia el agua inundó los estudios de la productora Faro, lo que obligó a suspender la emisión en directo de ayer y hoy del programa "Boas Tardes".