Arte frente y detrás del objetivo

Los negativos de Quintero capturaron lo más granado de Galicia

Madre e hija fotógrafas, Mary Quintero y María Quintero, en el estudio fotográfico.

Madre e hija fotógrafas, Mary Quintero y María Quintero, en el estudio fotográfico. / // Ricardo Grobas

e. ocampo | Vigo

"Perdone por ser tan vello", se despidió el ilustre galleguista Isaac Díaz Pardo tras hacerse uno de sus últimos retratos con María, hija de Mary Quintero. El ceramista y empresario fallecería poco después. "Sen memoria non hai Galicia", reza hoy esa fotografía, en la que el intelectual parece mirar a un horizonte tras el mar infinito. Con ese recuerdo entrañable, la imagen está entre las preferidas de la fotógrafa de los últimos tiempos.

Artistas, políticos, familias... Una amplia representación de la sociedad gallega se detuvo ante el objetivo de las Quintero. Manuel Fraga, pero también Antón Beiras o Corina Porro figuran entre los archivos de diversas épocas.

"Es habitual que los que han quedado en el estudio para una sesión fotográfica, se conozcan a pesar de no ser vecinos", afirma María. "¡Y la de gente que se ha hecho amiga ahí dentro!", reconoce Quintero de los mejores recuerdos. "He hecho bodas, de las que luego haces fotos de comunión a sus hijos, que son quienes ahora vienen a hacerse fotos de grupos de amigos... ", explica María Quintero sobre lo acontecido a lo largo de casi tres décadas en el estudio.

Entre las peticiones hechas con más cariño se encuentra la de un bebé que falleció poco después de salir del estudio y la de una madre, que quiso juntar en una imagen a sus dos hijas, luego de que una falleciese por cáncer. La especialidad de las Quintero también han sido los niños: "Los padres siempre están preocupados por los niños y ellos siempre son los que mejor se portan y quienes mejor salen", sonríe.

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