Las redes sociales hacen piña para apoyar a Diego, el ciclista que el pasado jueves sufrió un grave accidente en el monte Alba que lo mantiene, desde entonces, ingresado en el hospital Juan Canalejo con una lesión medular y un diagnóstico -avanza su familia- que no invita al optimismo. Poco después del desgraciado siniestro, Twitter y Facebook bullían con muestras de cariño: en el primero, los ciclistas lanzaban el hashtag "#cualquierapodríaserdiego", seguido de mensajes de ánimo y peticiones de que se esclarezcan las causas del siniestro; en el segundo, el grupo "El monte es de todos!!" lanzaba muestras de apoyo a la familia. Ayer por la tarde incluso se planteaba imprimir camisetas y pegatinas para recaudar fondos con los que respaldar a Diego y su familia. Otro usuario proponía una manifestación en bici por la ciudad. La policía indaga en la actualidad las circunstancias en las que se produjo el trágico lance; compañeros del biker aseguran que la piedra -situada en la zona de caída de una rampa- contra la que chocó el deportista es una "trampa puesta a propósito".

El objetivo, apunta Rubén Barreiro, secretario del club "+Enduro MTB", es dar muestras de "apoyo" a su compañero ciclista en un momento especialmente duro. "Diego está ingresado en el hospital Juan Canalejo con una lesión medular. Aún no conocemos su alcance por la inflamación que presenta... Pero es una lesión dura e importante", explica el hermano del accidentado, Víctor, quien declina dar su apellido para no romper el anonimato de la familia. Su relato demuestra -como recoge el hashtag lanzado en Twitter- que el siniestro que padeció Rubén podría haberlo sufrido cualquier otro ciclista. "Llevaba al menos dos años bajando por ahí, una zona muy concurrida" -recuerda Víctor- "Parece que era cuestión de tiempo que ocurriera; le tocó a mi hermano, pero le pudo haber pasado a cualquier otra persona".

"Muy deportista"

A la espera de que los especialistas puedan examinar a Diego -que continúa con cuidados intensivos en el hospital de A Coruña- para determinar con exactitud el alcance de las lesiones, su familia no da crédito a lo ocurrido. "Me parece increíble que ocurran cosas así", lamentaba ayer Víctor, quien apunta que su hermano, con el que ya ha hablado, "está muy deprimido". "La familia también lo está, pero no nos queda más remedio a todos que luchar", reflexiona. El accidentado, anota Víctor, es una persona "muy deportista", de entorno a 38 años, que practicaba el ciclismo desde hace tiempo y conoce bien el sendero en el que se produjo el fatal accidente que se saldó con varias vértebras rotas.