El gobierno local ha anunciado que recurrirá la sentencia que obliga a derribar la Cruz de O Castro. Argumenta que el mandato judicial es contrario a la decisión que el Pleno de Vigo adoptó por unanimidad en 1981 para retirar los símbolos franquistas y mantener la Cruz.

El alcalde explicó que el Concello tiene como norma agotar todos los procedimientos jurídicos hasta la última instancia y "este no es una excepción". Siguiendo el dictamen de la asesoría jurídica, se va a recurrir al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia "exactamente igual que hacemos con todos los procedimientos. No es ninguna excepción", reiteró.

Y agregó que en Vigo no hay ahora mismo ningún símbolo franquista. "Ni uno. Todos se han retirado y se ha rendido homenaje a los represaliados", remachó.

El anuncio se produce después de que esta mañana la Asociación pola Memoria Histórica instase al Concello a ejecutar de forma "inmediata" la demolición.

Dos posturas, dos partidos

La sentencia que condena al Ayuntamiento a retirar la cruz de O Castro ha suscitado diferentes reacciones en los grupos de la oposición en el consistorio vigués. Así, mientras que el BNG ha pedido al gobierno local que ejecute la demolición de inmediato, el grupo del PP pedirá un informe jurídico para conocer la situación de este elemento y advierte de que, en cualquier caso, su retirada no es un asunto "prioritario".

Por su parte, Esquerda Unida ha calificado como un "gravísimo agravio a las víctimas del franquismo" el recurso anunciado por el alcalde. Rubén Pérez, ha anunciado que su formación llevará al Congreso de los Diputados una iniciativa "para hacer valer la Ley de Memoria Histórica en la ciudad de Vigo"

Una solución que divide

El fallo judicial se convirtió ayer en motivo de debate entre los vigueses y visitantes que paseaban por el parque. La unanimidad brilló por su ausencia. Y pocos fueron los que se manifestaron con total rotundidad sobre si debía mantenerse o quitarse. Los que eran partidarios de cumplir el fallo apelaban a que era un "símbolo humillante". Los que pedían que se mantuviera decían que "la historia no se debe borrar"