Tranquilidad y prudencia. El recurso del Ayuntamiento a la sentencia de derribo entraba dentro de lo esperado por la Asociación Viguesa pola Memoria Histórica do 36. Su abogado, Guillermo Presa, se mostraba sereno ante esta posibilidad en la comparecencia celebrada en el Museo MARCO porque aseguró que "la sentencia está perfectamente armada desde el punto de vista técnico. Es impecable, esta muy argumentada y va a ser prácticamente imposible tumbarla en segunda instancia", defendía antes incluso de conocer las intenciones del gobierno local que llegarían una hora después.

También el presidente del colectivo, Telmo Comesaña, asumía la réplica con deportividad y avanzaba que pese a las energías consumidas en este proceso desde 2008, les queda "gasolina para continuar la lucha". "Seguiremos dedicándole todo el tiempo que sea necesario. Estoy muy sereno. Lo único que no admito es que nos digan que nos olvidemos porque es imposible dejar pasar lo que aquí ocurrió".

Y no será este su último objetivo. Comesaña asegura que cuando culmine el procedimiento sobre la Cruz del Castro se pondrán en marcha con otros retos. "Es mentira que en Vigo ya no queden símbolos fascistas. Los hay en Aduanas y en otro edificio del puerto y nos queda trabajo por hacer", explicaba tras una jornada de sobresaltos en la que decidieron comparecer en el Museo MARCO como homenaje a las víctimas allí fusiladas.

En contra del acuerdo municipal que reviste a la Cruz del Castro de contenido religioso, la asociación considera que es "el signo más visible del franquismo en Vigo" y, antes de conocer que el Concello recurriría, pidieron su "retirada inmediata porque supone un enaltecimiento del terror y una humillación para quienes sufrieron las consecuencias del régimen", puntualizó Manuel Reinoso, que agradeció las aportaciones de los historiadores José Ramón Rodríguez Lago y Xoán Carlos Abad y compartió el éxito de la sentencia "con los más de 4.000 vigueses y 30 colectivos que firmaron por la demolición".

Comesaña se refirió al monumento como "una espada clavada en el corazón de Vigo" y aclaró a "quienes nos tratan como talibanes, que no vamos por ahí destruyendo cruces ni causando daño. Queremos tirar una en concreto por su significado fascista", reiteró antes de censurar el comportamiento del gobierno local en todo este proceso: "El alcalde mostró una actitud prepotente y antidemocrática. No contesta a los escritos y utiliza a los funcionarios para denunciarnos", lamentó acompañado de Margarita Caballero.

Su testimonio fue el más emocionante y arrancó los aplausos de los representantes de sindicatos, asociaciones y BNG y EU que les acompañaron: "Soy católica pero eso no me impide pedir justicia. Hay muchos vigueses que murieron sin una defensa justa y todavía quedan hijos y nietos vivos en Vigo. Se lo debemos", lanzó en un llamamiento dirigido al gobierno local.

La asociación quiere hacer escuchar sus argumentos y reclamó la intervención del secretario xeral del PSdeG y del nuevo líder del PSOE. "Se entiende menos lo que ocurre porque se trata de un alcalde socialista. Besteiro y Pedro Sánchez deben tomar nota de lo que aquí sucede", reclamaron los miembros del colectivo, que se ha gastado más de mil euros solo en la presentación dela demanda.