La primera medianera artística del gran museo urbano proyectado por el Concello para embellecer la ciudad luce ya con todo esplendor en el corazón del la ciudad: el número 2 de Príncipe. Vigueses y turistas pueden desde ayer asomarse a pie de calle a la Fiestra del artista gallego Urbano Lugrís tras la que se vislumbran las islas Cíes y la villa marinera de Bouzas y cuya obra ha reproducido a gran escala y con aerosol el artista vasco Luis Olaso con la ayuda de su compañero Aarón Diego. "Puede ser el trabajo del que más orgulloso me siento. Costó más de lo previsto, pero el resultado creo que ha sido muy bueno. Muchos viandantes nos han felicitado, e incluso algunos que confesaban haber conocido a Lugrís, nos dijeron que al artista le habría encantado y que estaría también orgulloso. Esto, y el calor que hemos recibido de los vigueses, es lo máximo", confesaba Olaso ayer por la mañana tras los últimos retoques y minutos antes de emprender camino de vuelta a Bilbao, su localidad natal.

Esta obra es la primera de las más de un centenar que el Concello de Vigo pretende llevar a otros edificios de la ciudad. Con esta iniciativa persigue decorar y mejorar el aspecto de multitud de construcciones poco atractivas. En este primer caso se ha conseguido tapar y dar color a una antiestética medianera amarillenta que hasta ahora no aportaba más que un feo impacto visual. En su lugar luce ahora a gran escala (14x18 metros) el bodegón que Urbano Lugrís pintó en 1943 y en el que, además de las Islas Cíes, Bouzas y dos barcas en la ría, se distingue también en primer plano un gran barco en la parte superior, y un jarrón con flores, una concha y una botella sobre una mesa, en la inferior.

Olaso y su ayudante lograron cumplir el plazo que se habían marcado para terminarlo: 10 días. Pero el trabajo no estuvo exento de problemas. El clima o la lona microperforada sobre un andamio elegida para plasmar esta postal de la ciudad no les pusieron las cosas fácil. "El primer día nos llovió y no pudimos hacer nada. Luego llegaron varias jornadas de mucho calor y tuvimos que cancelar el trabajo de mañana, porque el sol daba de forma directa y muy intensa sobre la medianera y aquello parecía una parrilla. Además, provocaba que la pintura llegara muy seca a la lona y nos impedía trabajar bien con los difuminados", recuerda el artista vasco.

Pero lo peor no fue el tiempo. El verdadero "quebradero de cabeza" -confiesa Olaso- fue la lona. "Era la primera vez que trabajaba sobre este material microperforado y al principio nos volvió locos y temimos por el resultado. La pintura penetraba por los agujeros y quedaban sombras. Al final tuvimos que emplear unos 300 botes de aerosol, cuando lo previsto eran la mitad", apuntan Luis Olaso y Aarón Diego.

Pero pese a estas complicaciones y al "respeto" y "presión" que ambos aseguran que soportaban por tener que reproducir la obra de un artista reconocido como Lugrís, los dos confiesan que están "muy satisfechos" del resultado y que finalmente ninguno de los obstáculos con los que se toparon influyó en la calidad de la obra. "Al principio la gente veía los colores planos y hubo quien incluso se quejó de que aquello no quedaba bien. Pero luego, cuando el mural empezaba a tomar forma, comenzaron los ánimos. La gente nos apoyaba y nos paraba por la calle para felicitarnos. El calor que hemos recibido de los vecinos no nos lo esperábamos. Llegamos con la idea de que sería un trabajo frío al tratarse de una gran ciudad, pero no. Ha sido todo lo contrario. El apoyo de la gente, sus consejo y su cercanía nos ha impresionado y ayudado mucho", resaltan. "Nos encantaría volver a trabajar en alguno de los otros murales que el Ayuntamiento tiene previsto extender por la ciudad", admiten.

Reivindican el aerosol

Y el calor de la calle lo volvieron a recibir ayer tras finalizar la obra. "Me encanta el cuadro y la idea de sacar el arte a la calle para tapar las fealdades urbanísticas. Y me fascina que con el mismo espray con el que muchos ensucian las ciudades llenándolas de firmas y pintadas sin valor artístico alguno se puedan pintar maravillas como ésta", aplaudía Juan Ortega, un turista del Campo de Gibraltar que está pasando unos días en las Rías Baixas junto con su mujer y un grupo de amigos.

También comerciantes de la zona de Príncipe, como Oscar Sendón, admitían estar encantados no solo con la iniciativa municipal de extender este tipo de murales a otros rincones, sino de la obra y autor elegidos para dar el pistoletazo de salida. "Me encanta porque Lugrís es uno de mis artistas favoritos. Además, me parece muy coherente que se haya elegido una obra suya para una pared, ya que él pintaba frescos. Espero que se apueste tanto por obras como por artistas gallegos y locales, que los tenemos muy buenos", confía.

De hecho, sobre el formato elegido para plasmar esta primera obra y pese a las dificultades iniciales para el artista, la lona podría reutilizarse en otro lugar ya que -apunta Olaso- puede enrollarse y trasladarse sin problemas. El Concello cubrirá ahora los laterales que dejan a la vista parte de la medianera y colocará una superficie de metacrilato en la zona inferior para que pueda contemplarse desde la base, donde queda parte de un edificio a conservar.

"Sin duda que este mural alegra la zona. Mucho mejor ver arte que las vergüenzas del edificio", aplaudían Gabi Martínez y Lucía Rodríguez, de Ponteareas. "Los chavales han hecho un trabajo formidable, solo hay que verlo", valoraba el octogenario vigués Ramón Barros, que siguió casi día a día la evolución de mural.