Pieza a pieza, el primer tramo submarino del emisario que canalizará las aguas de la futura depuradora del Lagares hacia la ría a tres kilómetros de la costa ha sido montado por los operarios que trabajan en la obra en el puerto de Domaio y está ya a punto para su transporte e inmersión frente a las aguas de Samil. La tubería, con un diámetro de dos metros para dar salida al efluente de la planta de tratamiento, llama la atención al extenderse desde tierra hasta prácticamente las bateas frente a la costa de la parroquia moañesa. La próxima semana, según fuentes cercanas a la contrata, Dragados-Drace, está programada la operación de traslado al lugar en el que será sumergida para posarse sobre el lecho marino. De forma gradual se añadirán nuevos tramos a medida que avance el proceso de ensamblaje hasta completar el trazado.

Cada pieza tiene doce metros de largo y hasta ahora los operarios han soldado las primeras veinte en el taller de montaje instalado al pie de la rampa del puerto. Al tiempo que aumenta su longitud van adentrándose en el mar, quedando a flote al haberse sellado el extremo orientado hacia la ría, lo que impide que el agua entre en el colector. La boca orientada hacia tierra también será tapada. El tramo, de ese modo, se transportará vacío por remolcadores hasta el punto exacto de inmersión, una maniobra que debe realizarse con precisión milimétrica para posar la tubería sobre la traza marcada. La apertura de las válvulas llenará de agua la conducción y la llevará al fondo. La operación será dirigida desde un buque y un equipo de buzos monitorizará todos los pasos para evitar desvíos en el posicionamiento.

La previsión es proceder al transporte hasta la zona de noche, cuando baja el tráfico marítimo en la ría, y con condiciones de oleaje favorables. Una vez posado en el fondo el tramo quedará inmovilizado con lastres de diez toneladas cada uno. Expertos de las universidades de Vigo y Cantabria determinaron el trazado que debe seguir en función de los estudios de hidrodinámica y oceanografía realizados.

El montaje e instalación continuará con nuevas fases, incluso con tramos de longitudes superiores a los 240 metros. "Los habrá de 400 y 500", indican las citadas fuentes. quienes fijan para antes de final de año la conclusión de los trabajos.

La actividad para instalar la infraestructura de desagüe no solo se desarrolla en el puerto de Domaio. Frente a la playa de Samil trabaja desde hace días la draga Montenero II en la retirada de material del fondo marino para excavar la zanja sobre la que quedará fijada la tubería. La zona está cercada con barreras en superficie para evitar la expansión de sedimentos durante las obras.

Aumento de capacidad

El desagüe de la depuradora actual vierte entre dos y tres metros cúbicos de caudal por segundo a la Ría, mientras que la nueva conducción está preparada para expulsar seis veces más. La tubería tiene una longitud total de 3,8 kilómetros pero los primeros 760 metros son terrestres, a través de un túnel desde la futura planta, actualmente en construcción, junto a la marisma del Lagares hasta la orilla de la playa. A partir de ahí el trazado continúa bajo el mar también en túnel a lo largo de otros 620 metros. Los anillos de este tramo están fabricados en hormigón armado. Al término de este el colector emergerá en el fondo de la ría y en ese punto arranca el trecho fijado sobre el lecho marino que se monta en Domaio, con 2.090 metros de longitud. El colector concluye con otros 330 metros de tramo difusor con dos bocas para evacuar el efluente previamente tratado en la planta del Lagares.

La canalización en tierra y en el tramo submarino en túnel se ejecuta con microtuneladoras. Los diferentes trabajos se ejecutan de forma simultánea, de forma que en el mes de febrero esté ensamblado todo el emisario. La obra fue adjudicada por Acuaes -ente dependiente del Ministerio de Medio Ambiente que promueve la construcción de la depuradora junto con la Xunta y el Concello- por algo más de 18 millones de euros. Las dos viejas canalizaciones de la antigua planta se conservarán. Su trazado es curvilíneo a consecuencia de la acción del mar, pero siguen siendo aptas para el uso y no se descarta emplearlas como apoyo al colector principal en caso de necesidad.

Paralelamente continúa la obra de la nueva planta, que se edifica prácticamente en el mismo sitio que la actual. Las empresas OHL e Isolux Corsán se encargan de la construcción, adjudicada por 136 millones de euros. En el mes de junio se puso en marcha una línea de tratamiento de lodos, sistema que dio vía libre a la demolición de los viejos digestores. Asimismo, para dar suministro eléctrico a la planta se instalará una nueva acometida desde Balaídos que financian Zona Franca y Acuaes con una inversión de cinco millones.