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Jesús Villar: "El bañista salió de repente y di un volantazo, pero ya no pude esquivarlo"

La Guardia Civil imputa delito de homicidio por imprudencia al dueño del barco que arrolló a un nadador en A Guía. "Me incautaron la embarcación; llevo años faenando en esa zona", dice el pescador

Jesús Villar, ayer, en Teis. // Marta G. Brea

La Guardia Civil ha abierto una investigación por la muerte de Marcos Castro Cabaleiro, el bañista de 44 años arrollado por una lancha de pesca cerca de una cala de A Guía, en Teis, a bordo de la cual iban el dueño y patrón, Jesús Villar, de 31 años, y un amigo mecánico ya que en el momento del siniestro, según sus testimonios, estaban probando el motor porque tenía "un problema de refrigeración". El Instituto Armado ha imputado al propietario de la planeadora No se, de 5,6 metros de eslora y motor de 25 caballos, un delito de homicidio por imprudencia, al estimar que el accidente mortal se habría producido como consecuencia de una imprudencia en la navegación. La imputación de este joven se produjo tras interrogarlo el mismo miércoles por la noche, horas después del suceso, en el cuartel de Vigo. El joven, que ya quedó en libertad con cargos en sede policial y que dio negativo a las pruebas de alcohol y drogas, deberá ahora comparecer ante la juez -la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo, en funciones de guardia- cuando sea citado.

"Mi compañero lo vio de repente [al bañista] y me dio la alarma; di un volantazo a la izquierda, pero no pude esquivarlo; yo acababa de arrancar 50 metros atrás, miré antes al horizonte y lo vi libre de obstáculos; no sé qué pudo pasar, o estaba justo debajo buceando [extremo este último que niegan los testigos] o, como había noroeste, el resalte de las olas pudo taparle la cabeza y por eso no lo vimos, porque salió de repente; fue un accidente, a esas horas no suele haber nadie nadando... ", alegaba ayer el piloto de la lancha, vecino de la calle Santa Tegra de Teis, que señala que a raíz de la imputación le incautaron la lancha y el rol de la embarcación (documentación). Jesús afirma que se dedica a la pesca desde hace más de diez años y que siempre faenó y navegó en la zona del accidente: "Llevo diez años haciéndolo, yo y otros barcos, y ni la Xunta ni la Guardia Civil me dijeron nunca nada". El punto donde la lancha golpeó a la víctima está entre la Cala do Faro, playa a la que había acudido el bañista, y una gran roca conocida como Peña do Cabrón, tras la cual se encuentra la zona balizada de acceso al puerto deportivo de Punta Lagoa.

Atestado

El propio imputado y los testigos, a los que también interroga la Guardia Civil, dan respuesta a una de las claves de esta investigación. Y es que la lancha no navegaba tras los pivotes -en el canal de navegación que va hacia la dársena-, sino que lo hacía en la zona de agua más próxima a la costa, donde, debido a esa cala nudista, es habitual que haya gente nadando. Lo que no hay en esa pequeña playa -como si ocurre en arenales como Samil o Vao- es balizamiento destinado a delimitar una zona de uso exclusivo para baño.

El trágico siniestro ocurrió minutos antes de las 20.30 horas de la tarde del miércoles. Un dispositivo formado por Policía Local y Nacional, Protección Civil, Salvamento Marítimo, 061 y la Guardia Civil se trasladó al lugar, donde media hora después, un buzo de la escuela de buceo del puerto deportivo, tras la llegada previa de un barco de esas instalaciones, rescataba el cuerpo. Estaba a 4 metros de profundidad y, debido a que fue alcanzado por las hélices de la planeadora de pesca, tenía profundos cortes en cabeza y hombro. Dos personas que vieron el siniestro declararon ese mismo miércoles a los agentes locales que vieron salir a la lancha del "embarcadero", navegando entre los postes de señalización y la cala, y que los dos jóvenes que iban a bordo no se percataron de la presencia del nadador pese a los "gritos" y las señas que les hizo la propia víctima y testigos desde la costa.

El patrón de la lancha llegó a saltar al agua para tratar de rescatar al bañista. "Con el susto tragué agua; intenté bucear un poco, pero se hundió rápido y lo perdí de vista...; siento mucho lo ocurrido, te sientes muy impotente, fue un gran susto; ahora habrá un juicio...,", señala el imputado, que espera disponer de su embarcación "pronto". "No iba muy rápido, no lo sé, como mucho 10 nudos", calcula. Las normas de Capitanía Marítima, sin embargo, establecen que en zonas como las que ocurrió el siniestro la velocidad máxima no debe superar los 3 nudos.

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