El propietario de la carpa del "Magic Circus" y el representante y organizador de espectáculos en el año 2012 acaban de aceptar dos años de cárcel y una indemnización de 114.691 euros para la viuda y de 19.000 para los padres de un trabajador senegalés que se encontraba en España de forma irregular y falleció aplastado por una viga. José Antonio F.G. y Paulo Jorge T.M., de nacionalidad portuguesa, son condenados por un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de homicidio por imprudencia grave. Fueron detenidos a las pocas horas del siniestro y el Concello de Soutomaior no les había dado permiso para la instalación del circo, según explicó en su día el propio alcalde, al detectar que faltaba parte de la documentación.

La víctima falleció el 18 de abril de 2012 cuando se encontraba trabajando junto a otros compañeros senegaleses en el montaje de la carpa a las dos de la madrugada. En el escrito de acusación se indica que los operarios desempeñaban sus funciones "en condiciones gravosas y perjudiciales tanto respecto a la duración de las jornadas como a la retribución". El muerto trepó sin ningún sistema de amarre por un poste vertical para instalar la lona exterior y quedó atrapado a 15 metros de altura entre la viga y la estructura del pilar central.

Ambas partes llegaron ayer a un acuerdo en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. Los acusados admiten la ausencia de medidas de seguridad y en el expediente consta que por auto de 3 de octubre de 2012 se acordó la suspensión cautelar de la empresa "Magic Circus" y se prohibió a los imputados desarrollar actividades similares. Costearán también la repatriación y el embalsamamiento del cadáver.