Diplomático y con gran capacidad para encontrar espacios de encuentro, este cirujano proctológico ha ocupado puestos de dirección en los hospitales gallegos con administraciones de todo signo. Aterrizó en Vigo en 2002 para diseñar la unificación del Chuvi con la participación de todos los profesionales. Regresó en 2011 y asumió la coordinación de los quirófanos hasta hace diez días, cuando se jubiló.

-La primera vez que trabajó en la sanidad viguesa fue como director médico del Xeral.

-Llegué en 2002 para iniciar el proceso de unificación de los hospitales, el inicio de la definición del nuevo. Fue un proceso abierto, con la participación de todos los profesionales del Chuvi, por eso lo recuerdan con afecto. Durante dos años, definimos cómo tenía que ser la sanidad en Vigo. Había un proyecto anterior para reformar el Xeral, pero tener este hospital por un lado y el Meixoeiro por otro, crea ineficiencias en el sistema.

-¿Es ese el mayor problema de la sanidad viguesa?

-Sí, la atomización de sus servicios. Dentro de ella, hay también otro elemento: la empresa pública Galaria. Otro espacio compartimentado que ha dificultado el desarrollo de la sanidad aquí, cosa que no sucede en el resto de la comunidad, siendo el núcleo poblacional más grande. La calidad asistencial es buena y hay estupendos profesionales, pero sus aspiraciones son mayores que los recursos. A Vigo le tocó ese papel.

-¿Cuál es ese papel?

-De tener una sanidad atomizada y diferente al resto. La visión del plan estratégico era reagruparla. Por ser frontera con Portugal y la ciudad industrial más importante de Galicia, tiene muchos elementos para ser un núcleo sanitario importante y pujante tecnológicamente.

-¿Qué pasó con el plan?

-Fue el plan de los profesionales, pero no lo asumió totalmente ninguna Administración. Quedó como un elemento de opinión.

-¿Por qué? ¿Es una cuestión económica?

-No. La impresión que yo tengo es que los líderes políticos siempre han definido el servicio desde el norte, incluso cuando los gobiernos de Vigo y Santiago son del mismo color. Cuando llegué aquí había un déficit comparativo de quirófanos con respecto a Santiago y A Coruña. La diferencia podían ser dos quirófanos, que parece que no es mucho, pero por 2,5 intervenciones diarias y 200 días de trabajo, son 500 operaciones al año. Es un déficit que se va acumulando y que luego es muy difícil de recuperar.

-¿Qué le parece el plan que se está desarrollando ahora?

-Lo más importante es el nuevo hospital, que tiene una envergadura enorme y es una necesidad imperiosa. Estuvo demasiado tiempo en maqueta. Creo que el área está bien planificada. Posiblemente, los profesionales desearían estar todos en el mismo hospital, pero el nuevo va a mejorar la capacidad de trabajo. Cuando vine a coordinar los quirófanos [2011], la Consellería me pidió que recuperara el diálogo entre los jefes de servicio y la dirección. Había habido una ruptura por un problema de comunicación. No habían sido capaces de transmitir lo que se estaba haciendo. Está claro que el hospital tuvo un diseño y no se terminaron de poner las piezas. Tiene que funcionar como una autopista, pero para ello los profesionales tiene que saber qué es lo que van a tener.

-¿Cuál fue su misión como coordinador de quirófanos?

-Me encargaron mejorar los rendimientos. Es la planificación de 30 quirófanos por la mañana e iniciar la actividad por la tarde. Entre 2011 y 2013, pudimos hacer 3.000 intervenciones más. Las cifras de eficiencia de los quirófanos del Chuvi fueron las mejores de Galicia. Costó mucho por las dificultades físicas; los del Xeral están anticuados. Aún así, no éramos capaces de acortar la lista de espera, porque es muy grande. Es algo que se consigue con mucho tiempo.

-¿Qué es lo que se necesitaría para resolverlo a corto plazo?

-Vigo no puede tener en un año lo que no tuvo en diez. Materialmente, no es posible tener de repente 20 quirófanos más. Puedes usar recursos excedentes del resto de la comunidad, pero, claro, eso significa traslado de pacientes, con sus problemas sociales. O puedes aprovecharlos más por la tarde. La sanidad funciona generalmente en el turno de mañana. Tendrá que cambiar. Siempre he defendido que un hospital no puede trabajar de 8 a 15 horas; tiene que hacerlo como mínimo hasta las 18. Ahora funcionan un tercio por la tarde.

-¿Aumenta el número de quirófanos en el nuevo hospital?

-No es necesario que aumenten. Vamos a tener 34, incluidos los de obstetricia. Serán suficientes si abren de mañana y de tarde.

-¿Qué es lo que dificulta abrir todos los quirófanos por la tarde? ¿La contratación de más personal?

-Está claro que se necesitan más recursos humanos y tienes el problema económico de ver si puedes contratar más gente.

-¿Qué impacto tuvo en la lista el desvío de cirugías a otras áreas?

-No tengo cifras, pero para la persona que llevaba esperando mucho tiempo fue importante.