En la promoción de médicos internos residentes (MIR) que el Chuvi despidió la semana pasada, apenas había alguno con dos especialidades a sus espaldas. Entre los 76 que empiezan hoy, la cifra es mayor. No puede concretar cuántos, pero el presidente de la Comisión de Docencia, Mauricio Iribarren, confirma que es una tendencia al alza en los últimos cuatro años. Garantizar otros cuatro o cinco años de contrato de trabajo o afinar en la especialidad que realmente cumpla sus expectativas, son los motivos más habituales.

El responsable de la formación en los hospitales públicos vigueses considera que es "consecuencia de varias cosas". La primera, la situación del mercado laboral. "Los puestos no se encuentran fácilmente y no están sacando todas las plazas que serían necesarias", expone Iribarren. La crisis, sin embargo, no es el único motivo, sostiene y destaca que donde más abundan estos casos es entre los especialistas en Medicina de Familia. "Tal y como se plantea la base, tiene poco atractivo, ya que pueden ser muy buenos profesionales, pero la salida laboral no está de acuerdo a su calidad", sostiene y añade que, muchos de los que repiten la formación MIR lo hacen porque "no se han cumplido sus expectativas".

María del Mar Martínez, de 40 años, es una de los profesionales de Medicina de Familia que hoy inicia en el Chuvi su formación en otra rama. No lo hace por falta de trabajo -ya que ejercía en centros de salud y Urgencias extrahospitalarias del área sur de Pontevedra, desde que terminó el primer MIR en el 99- ni porque le decepcionara la especialidad. De hecho, le encanta. "Es muy amplia, lo abarca todo y te da muchas satisfacciones", destaca. El problema para ella son las condiciones en las que se ejerce en el Sergas: "Solo tienes seis minutos para ver a cada paciente y no estoy conforme y la cosa no va a mejor". Utiliza una metáfora para explicar su postura: "Es como si te gusta mucho un novio, pero no te trata bien. Tienes que cambiarlo". Cuenta que "la decisión, que meditó años, no fue fácil" ya que tuvo que dejar una interinidad para preparar el examen y asegurarse una plaza en Vigo, pero contó con el apoyo de la familia. Se pasa a Psiquiatría, que le gustó tanto en la carrera como en las rotaciones. "Como médico de Familia ves muchos casos de salud mental, así que creo que puedo sacarle partido a lo que he hecho antes", opina.

Alberto Touceda Bravo, de 35 años y especialista en Medicina de Familia, también da el salto hoy a otra rama. Empieza la formación MIR en Interna. Le empujan dos motivos: acercar su puesto de trabajo a a su residencia en Pontevedra ahora que es padre -cubría una interinidad en Ribeira- y su interés por el manejo del paciente crítico. "Entras en Familia porque che gustadurante a carreira, pero logo depuras o teu gusto", argumenta. Él lo hizo con siete años de trabajo en un servicio de Urgencias. En su entorno, también conoce gente que se ha presentado nuevamente al examen MIR por sus "malas condicións laborais, con contratos por poucos días, sen saber se vas a traballar o mes que ven o sen vacacións durante varios anos".