Ciclistas denuncian la aparición de una peligrosa varilla de acero en la ruta de Eiras
Con punta afilada, sobresalía 12 centímetros camuflada entre helechos

La varilla de acero estaba camuflada entre ramas y arbustos.
M.F.
Una "trampa" en pleno camino en la ruta del agua del embalse de Eiras. Dos ciclistas vigueses vieron ayer truncada su tranquila salida de domingo al toparse, camuflada entre restos de helechos y arbustos esparcidos por la pista, con una varilla de acero clavada en el suelo de unos 12 centímetros de longitud y casi un centímetro de diametro. Y con una punta, describen, "casi tan afilada como un bisturí y apuntando hacia el cielo". Ambos se percataron al pincharse la rueda de una de sus bicicletas. Los dos deportistas denuncian los riesgos que entraña esta situación. "Este tipo de conductas carecen de toda justificación moral y ética", coinciden José Covela y Jesús Vila, que remarcan el peligro que supondría si alguien que hace ese tramo andando o corriendo la pisa o cae sobre ella. "El daño que pueden causar a una persona o niño puede ser tremendo e incluso nefasto", advierten.
El pasado abril la Guardia Civil abrió una investigación para esclarecer la aparición de cables-trampa en los montes de Val Miñor tras sufrir un ciclista un accidente al tropezar con uno de estos cordones de acero. Ayer, la trampa con la que se encontraron los ciclistas vigueses en la ruta de Eiras, a la altura de Fornelos de Montes, fue distinta, pero también peligrosa. La alerta la tuvieron cuando de repente la rueda de una de sus bicicletas se quedó "instantáneamente" sin aire. El pinchazo causó un "enorme agujero sobre la cubierta" y observaron que la marca había llegado a la parte interna de la llanta, por lo que extrañados, fueron a comprobar la causa, localizando la varilla de acero bajo unas ramas y restos de helechos. Sobresalía 12 centímetros a la superficie y estaba enterrada otros 15.
Los ciclistas -que en el camino de ida de la ruta vieron a otros dos deportistas reparando una rueda en la misma zona, aunque desconocen si por el mismo motivo- denuncian el evidente peligro de esta práctica, sobre todo si el afectado fuese una persona que realizase el tramo corriendo. "Si pisa la varilla o se cae sobre ella el resultado sería nefasto", critican, recordando que, dada la lejanía del camino de una pista afastada o carretera, el traslado de un hipotético herido sería "muy complejo". Ambos arrojaron la varilla en un contenedor.
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