Arte que también alimenta... el espíritu

Decenas de creadores "toman" los puestos de la plaza de abastos de O Calvario para mostrar sus trabajos

Los tres creadores de The Finespan.  // M.G.B.

Los tres creadores de The Finespan. // M.G.B.

S. PENELAS

Óleos, fotografías, ilustraciones y cerámicas expuestos como el pescado más fresco de la ría. La plaza de abastos de O Calvario acogió ayer una interesante y novedosa iniciativa en la que decenas de artistas ocuparon los bancales para mostrar sus creaciones a los habituales clientes del barrio y también a numerosos vigueses llegados de otros puntos de la ciudad. Actuaciones musicales, teatro y talleres infantiles convirtieron la lonja y el paseo peatonal en un animado punto de encuentro durante toda la jornada.

La iniciativa, que nace con vocación de continuidad y está organizada por "No todo el pescado está vendido" -Alba Sánchez y Esther López-, contó también con una programación paralela centrada en el Día das Letras Galegas.

Arte que también alimenta... el espíritu

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"La intención es acercar el arte a la gente de la calle y a personas que habitualmente no van a los museos. Cambiar el producto habitual por nuestras obras resulta más raro para el público que para nosotros, pues estamos acostumbrados a exponer en cualquier espacio novedoso y llamativo", comentaba sobre la iniciativa la artista Yellice Rodríguez, que mostraba sus trabajos de grabado, serigrafía y tintas chinas.

El mercado también es una oportunidad de llevarse arte a casa sin hacer grandes desembolsos: "Hay quien piensa que no es asequible, pero tenemos precios desde 3 a 50 euros".

Arte que también alimenta... el espíritu

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Las editoriales Nova Galicia e Ir Indo también participaron en el mercado, donde uno de los puestos mostraba los recuerdos de Vigo "originales y 100% artesanales" ideados por The Finespan, la marca de Jorge Martín, Inés -Hey Juddy- y Finu -Candacol-.

Los tres integran una imaginaria familia noruega que queda fascinada por la ciudad tras visitarla atraída por los relatos de Verne. Sus imanes de cerámica y tazas decoradas con la imagen de La Panificadora o su colgador en homenaje al Sireno llamaron ayer la atención de más de uno.

"Es una iniciativa que se distingue de los mercadillos habituales, protege más a los artistas y los dignifica. Y además el espacio le da una vuelta de tuerca al concepto. Hay que cambiar el formato porque la galería y la exposición están muertos", reflexionaba ayer el ilustrador Jorge Martín.

También su compañera Inés, que decora vajillas a mano con canciones, poemas y motivos típicos como la peixeira o las zoquiñas, se mostraba encantada con la idea. "Me parece muy guay. O Calvario tiene mucho ambiente y las propuestas culturales se suelen desarrollar más en el centro de la ciudad. En la misma plaza en la que compras en tu día a día puedes encontrar otra cosa diferente. Y además hay nivel entre los participantes, han venido ilustradores muy buenos y fotógrafos de renombre".

Carla Muleiro y Rut Valuja, compradoras habituales de "mercados o tiendas pequeñas", hicieron su primera adquisición nada más atravesar la puerta de la plaza de abastos: una cunca renovada por uno de los artistas que exponían sus trabajos. "Nos enteramos por facebook y vinimos al barrio a propósito, porque no vivimos en la zona. Nuestra impresión al entrar es que nos gusta mucho. Le da más valor a los artistas que los mercadillos de la calle, donde además mucha gente pasa de largo. Merece la pena venir".

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