Estudiar deja huella... ecológica

La apertura especial de la biblioteca central durante los fines de semana aumenta un 28% el gasto eléctrico y también las emisiones de CO2

Alumnos estudiando en la biblioteca central del campus.  // J. de Arcos

Alumnos estudiando en la biblioteca central del campus. // J. de Arcos

S. PENELAS

La apertura especial de la biblioteca central del campus durante el periodo de exámenes extraordinarios de julio en el curso pasado supuso un incremento del consumo eléctrico de un 28% respecto al mes anterior y una emisión asociada de CO2 equivalente al 2,46% de todo lo emitido en 2012. Las cifras del estudio realizado por responsables de este servicio universitario y la Oficina de Medio Ambiente evidencian la necesidad de "diseñar estrategias" que incrementen sus sostenibilidad, más aún teniendo en cuenta la elevada demanda de estos horarios en los que la ocupación llega a ser en algunos momentos del 100%.

El análisis se inscribe en una línea de trabajo en la que Vigo colabora de forma activa dentro de la Red Española de Bibliotecas Universitarias (Rebiun). El trabajo, que acaba de aparecer publicado en la revista Anales de la Documentación, propone una metodología de cálculo de la huella ecológica de estos horarios especiales.

El artículo está firmado por el director de la Biblioteca Universitaria, Gerardo Marraud, Rut Abraín y Marta Román, ambas de la Oficina de Medio Ambiente, y Marina Gómez, del departamento de Ecología. Los autores también ponen el acento en las aperturas de 24 horas, habitual demanda estudiantil, que harían necesarios análisis más profundos para determinar su justificación en términos económicos y sostenibles.

El estudio vigués se desarrolló durante tres fines de semana de junio de 2013, incluida la apertura durante el festivo del día 24. La biblioteca central dispone de una superficie útil de más de 6.300 m2, cuenta con 350 puestos de lectura y está situada a 15 kilómetros del centro, de forma que el consumo eléctrico -iluminación, equipos informáticos o climatización- y el desplazamiento de trabajadores y usuarios -mayoritariamente en coche particular o moto- suponen las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero.

La ocupación media fue de 145 estudiantes durante los tres fines de semana y el consumo eléctrico total alcanzó los 25.440 kWh, lo que representa un aumento del 28% respecto a la factura del mes anterior de la biblioteca. Y esto se tradujo en 8,17 toneladas de CO2 asociadas al consumo eléctrico o, lo que es lo mismo, un 2,46% de todo lo emitido en 2012.

A causa de la movilidad se emitieron otras 1,51 toneladas de gases de efecto invernadero, lo que arroja un total de 9,69 toneladas, lo que supone el 2,91% del total anual emitido por la biblioteca central.

El cálculo de la huella ecológica del servicio especial -la superficie de terreno necesaria para producir los recursos utilizados y asimilar sus residuos- equivale a 1,86 hectáreas de superficie arbolada durante un año. El dato por persona supondría el 1,2% de la huella producida por individuo en la Universidad de Vigo durante todo 2012.

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