Lo que en su día se anunció casi como una ocurrencia, casi un mal chiste, ha venido tomando cuerpo hasta convertirse en una realidad. El megapuerto de Punta Langosteira, una infraestructura que costará a las arcas públicas un mínimo de 750 millones euros (330 más de los presupuestados inicialmente), tiene percebes... Y muchos. Hasta tal punto que la Autoridad Portuaria ha decidido sacar a concurso la explotación del banco de percebes que se genera en la kilométrica escollera. Así las cosas las cofradías de pescadores ya están movilizándose para crear una cooperativa que opte a la concesión que se hará pública próximamente en el Boletín Oficial del Estado.

Lo curioso es que así como parece no haber prisa ni demasiado interés por la llegada de los barcos y de las empresas prometidas para una infraestructura faraónica que no se concluirá al menos hasta 2018, por la explotación de los percebes, además de furtivismo, hay competencia entre el propio sector. Tanto es así que las cofradías de Caión y A Coruña, con problemas económicos, ya se temen que será una empresa ubicada en Cerceda la que finalmente se quedaría con el negocio de los percebes. Por se plantean crear una cooperativa que les permita optar al concurso con garantías de éxito.

Se da la circunstancia de que incluso antes de que se proyectase Punta Langosteira como puerto exterior el colectivo de los percebeiros de la zona ya había reclamado a la Autoridad Portuaria que les reconociese su derecho a la explotación pesquera tradicional. Entonces el Puerto decidió indemnizarles y privarles de la captura de percebes, una circunstancia que ahora se revierte, y lo que antes estaba prohibido ahora se potencia desde la misma institución.

Punta Langosteira parece que será, antes que un foco de dinamismo económico e industrial, una zona de marisqueo.

Porque sus carencias como como puerto refugio ya quedaron demostradas en los temporales del pasado invierno, con las olas superando el dique y los barcos eligiendo otros espacios, como la Ría de Vigo para abrigarse frente a la bravura del mar.