La crisis no solo ha reducido a mínimos las operaciones de compraventa. El perfil de quienes acuden a las inmobiliarias interesados en hacerse con la propiedad de un piso o casa también ha experimentado un giro de 180 grados. El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias, recuerda cómo "entre 2000 y 2008" más del 60% de los interesados en adquirir eran jóvenes menores de 35 años y emigrantes que habían encontrado un empleo en la ciudad. Hoy el reducido grupo de compradores lo integran gente que supera los 50 años, de Vigo o alrededores, que provienen de profesiones liberales o son empresarios y autónomos.

La razón del cambio de perfil es evidente. Iglesias recuerda que la adquisición de una vivienda requiere hoy en día de una disposición de efectivo y garantías que muy pocos jóvenes pueden ofrecer. Quienes sí se deciden a comprar lo hacen, con frecuencia, buscando "rentabilizar" su capital. El mercado inmobiliario les ofrece seguridad y unas condiciones de precio excepcionales: según las estadísticas del Ministerio de Fomento, en el tercer trimestre de 2013 el precio del metro cuadrado de la vivienda con menos de dos años era de 1.384 euros y de 1.445 la que superaba ese tiempo; en el mismo período de 2013 el primer valor se situaba en 2.864 euros y el segundo en 1.908.