La imagen del Casco Vello y Bouzas ha experimentado una visible renovación en los últimos años con la elevada inversión pública y privada en rehabilitaciones, sobre todo en el barrio histórico del centro. pero la situación está aún lejos de ser idílica. Ejemplo de ello es la notable actividad de la Gerencia Municipal de Urbanismo en la tramitación de expedientes de declaración de ruina, proceso que en la mayoría de los casos conduce a la orden de derribo parcial o total de edificaciones por su pésimo estado, y con menor frecuencia a la exigencia de realizar obras de reparación y mejora de los inmuebles. En 2013, según refleja el balance del Área de Rehabilitación y Barrios Históricos, se incoaron 70 expedientes de ruina y se resolvieron otros cuarenta,

Denuncias vecinales al constatarse riesgos, inspecciones de oficio de técnicos municipales, la iniciativa de los propios dueños, los resultados de ITE, sentencias judiciales y actuaciones de servicios de emergencia cuando se produce algún desprendimiento dan pie a la puesta en marcha de los expedientes de declaración de ruina. Los dos barrios históricos concentran la mayoría de las órdenes de derribo en la ciudad, lo que llevó a la Gerencia a considerarlas zonas preferentes de inspección. Las órdenes de ejecución de obras de seguridad son continuas y se impone más de una multa por semana por incumplirlas. En 2013 las sanciones ascendieron a 60, indica el balance.

El barrio alto del Casco Vello, las principales calles y plazas de la zona baja y numerosos edificios de Bouzas han dado un salto cualitativo en la rehabilitación en la última década. El pasado año concluyeron 88 obras de reforma (entre viviendas y elementos comunes) promovidas por particulares en el Casco Vello y tramitadas por la Oficina de Rehabilitación Municipal, con una inversión de 2,6 millones, de los que las administraciones aportaron 726.000 euros. Además hay obras por valor de dos millones en marcha. En Bouzas la inversión fue de 692.000 euros, 253.000 con cargo a ayudas públicas.

A la iniciativa privada se une la labor del Consorcio del Casco Vello -participado al 90% por la Xunta y al 10% por el Concello-, que desde su constitución adquirió 70 inmuebles y ya ha rehabilitado 36. Su acción se ha centrado, salvo excepciones, en el barrio alto, donde residen 60 nuevas familias tras las diversas convocatorias de venta o alquiler de viviendas restauradas.

Sin embargo, zonas emblemáticas como la Praza do Berbés o el Barrio do Cura aún presentan un evidente deterioro. La situación podría cambiar en los próximos años ya que por un lado existe un incipiente plan de la Xunta y el Concello para renovar la fachada de la ribera con cuatro millones de inversión, y en el segundo caso el exfutbolista Valery Karpin está a punto de ver aprobado el plan especial para construir una urbanización de 350 viviendas que recuperaría el Barrio do Cura.