La magistrada del Juzgado de Instrucción 7 de Vigo, Carmen García Campos, autorizó al mercante Baltic Breeze a abandonar el Puerto de Vigo tras un largo interrogatorio, que se prolongó durante más de cuatro horas, a los tres tripulantes que ocupaban el puente del mercante cuando se produjo la colisión con el arrastrero Mar de Marín que acabó hundido en la zona sur de la Ría, muy cerca de las Islas Cíes, el pasado 1 de abril. El naufragio se saldó con tres tripulantes fallecidos, dos desaparecidos y cinco supervivientes.

El capitán del mercante, natural de Singapur -país que abandera al buque- fue el primero en prestar declaración y lo hizo en calidad de imputado. La magistrada no concretó delito alguno y adoptó la medida para que pudiera declarar asistido por un abogado, con el objetivo de garantizar sus derechos por si de la instrucción se desprende que tuvo alguna responsabilidad, ya que era el jefe del buque y el que daba las órdenes.

Tras más de dos horas y media de interrogatorio, prestaron también declaración aunque en calidad de testigos el segundo oficial del mercante y el encargado de seguridad. Los tres tripulantes del Baltic Breeze prestaron declaración en inglés asistidos por un intérprete judicial.

La titular del Juzgado de Instrucción 7 de Vigo explicó, tras los interrogatorios, que el capitán está imputado debido a que es la persona que toma las decisiones en uno de los dos barcos implicados en el siniestro mortal. "Se está investigando el accidente por vía penal y nos hemos adelantado incluso al atestado policial -que la Guardia Civil todavía no ha presentado-, ya que se trata de un asunto prioritario", matizó la magistrada, quien justificó la urgencia de estas declaración porque la tripulación del Baltic Breeze es de Singapur y debían zarpar ya hacia Argelia. Un viaje que, a consecuencia del accidente marítimo, se ha demorado casi una semana.

Los cinco supervivientes del pesquero Mar de Marín, que ya prestaron declaración ante la Guardia Civil, que instruye el atestado judicial, y ante la Comisión de Accidentes Marítimos adscrita a Fomento, también prestarán testimonio en el Juzgado de Instrucción 7 de Vigo después de Semana Santa.

La investigación judicial se centra en esclarecer los motivos que llevaron al patrón del Mar de Marín a creer que el mercante había equivocado el rumbo y se le venía encima. Los expertos que participan en la investigación tratan de determinar a qué obedecía la "obcecación" del patrón al interpretar mal el rumbo que llevaba el carguero y creerse que él navegaba con el correcto.

Pese a las reiteradas advertencias del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Vigo, como reveló FARO, el arrastrero persistió en su errónea trayectoria condenándole al naufragio en el que fallecieron tres tripulantes y dos siguen desaparecidos. De nada sirvió que el mercante virase hacia Monteferro para evitar la colisión y que el barco marinense lo hiciese en sentido contrario. Por unos 15 segundos no se libró del impacto.

El contenido de las cajas negra y azul del mercante, así como las conversaciones del patrón del pesquero -uno de los dos desparecidos- con el centro de control del puerto vigués, son claves para intentar esclarecer lo ocurrido.