Resueltos con consenso los asuntos de fondo, PP y PSOE trabajan en acabar de dar forma a los pormenores del inédito pacto presupuestario entre ambas fuerzas políticas. El concejal socialista David Regades y el popular Miguel Fidalgo, que mantuvieron las cinco reuniones de la negociación iniciada el pasado 20 de febrero, volvieron a charlar ayer, según señalaron varias fuentes, para tratar detalles y aspectos de la redacción de los últimos flecos pendientes del documento, especialmente en lo que se refiere a algunas de las líneas rojas marcadas por el grupo mayoritario de la oposición: rebajas fiscales, servicios del nuevo hospital, transporte metropolitano y tarifa del agua.

El alcalde, Abel Caballero, y el portavoz del PP, José Manuel Figueroa, volvieron a mostrar sintonía en sus declaraciones públicas, sin atisbo alguno de roce como ocurre desde que empezó el proceso. El dirigente popular telefoneó por la mañana brevemente al regidor y ambos quedaron en cuadrar agendas para entrevistarse, limar los últimos flecos del documento y poner el broche al acuerdo. "Nos reuniremos esta semana, más bien pronto que tarde. Creo que en los próximos días estaremos en condiciones de darle el visto bueno", manifestó después el regidor.

Figueroa también confía en que la cita sea "definitiva" y concluya con éxito. "Las cosas van bien. Espero que en las próximas horas me pueda reunir con el alcalde, llegar a un punto de encuentro y, si no queda nada pendiente, dar todo por finalizado", explicó. El dirigente del PP defiende que "la cooperación entre partidos es importante para que Vigo no se estanque" y aboga por "dar ejemplo y dejar a un lado posturas partidistas en beneficio del interés general de la ciudad".

Puntos sensibles

Llegar a un consenso sobre los proyectos irrenunciables para el PP no presentó mayores problemas a pesar de que, en asuntos como las obras de suministro del nuevo hospital (electricidad, saneamiento y agua), las posturas parecían a priori irreconciliables. Pero hay que plasmarlo por escrito, y tanto en el alcance como en la redacción del documento está el nudo gordiano de lo que resta para culminar la negociación.

El alcalde no aceptaría ninguna vinculación en el documento presupuestario de inversiones con la obra del complejo sanitario, al que se opone frontalmente por considerarlo "privado". El PP, por su parte, quiere garantías explícitas de que se harán las acometidas necesarias para dar abastecimiento al complejo. Los socialistas sí están dispuestos a ejecutar infraestructuras básicas para las parroquias de Beade y Valladares que incluirían el entorno en el que se ubica el hospital, pero rechazan que la finalidad de estas obras sea dar servicio al centro. Ambas partes trabajan en una fórmula que conjugue sendas posturas. Fuentes socialistas y populares aseguran que existe voluntad de acuerdo y se estudian las vías para llegar al punto de encuentro.

Transporte metropolitano

El presupuesto incluirá también una partida para el transporte metropolitano, otro de los asuntos irrenunciables para el PP. El coste anual ha sido cifrado por la Xunta en 357.000 euros, cuantía que está pendiente de contrastar por el Concello. En todo caso la puesta en marcha del servicio, un viejo proyecto pendiente bloqueado desde hace cuatro años por las diferencias entre ambas administraciones, no será inmediata, con lo que la consignación en el documento de cuentas no llegaría a esa cantidad. Los populares sí quieren que quede claro el compromiso del gobierno local de poner en marcha el sistema de acuerdo con la Xunta. La reunión del 1 de marzo entre el alcalde y el conselleiro de Infraestructuras puso la primera piedra para que eche a andar el proyecto.

La rebaja fiscal es otro de los asuntos en los que hay consenso y que debe quedar detallado en la memoria del documento presupuestario mientras que el cambio en la tarifa del agua queda a expensas de lo que dicte el estudio que se encargaría al efecto la Universidad.

En la tarde de ayer todavía no había fecha para la reunión entre Caballero y Figueroa, que en todo caso será inminente. Los ediles que tratan los aspectos técnicos buscan entretanto las vías de consenso para cerrar el texto.