Las millonarias ayudas concedidas por el gobierno de Carlos Negreira (PP) a compañías aéreas han conseguido que el aeropuerto de A Coruña arranque el año como el único de Galicia que aumenta su demanda. Pero también han convertido a la terminal herculina en el principal enemigo de su vecina Lavacolla. La demanda del aeropuerto santiagués, que hasta el 31 de diciembre pasado había recibido cuantiosas subvenciones de la Xunta para mantener las operaciones de la polémica Ryanair -que ahora paga su Concello, también del PP- se hunde curiosamente en similar porcentaje, un 13%, que Peinador, la terminal más castigada por la competencia financiada desde el gobierno autonómico.

El regidor coruñés se desmarcó por completo de la consigna del presidente de su partido en Galicia de poner fin a las ayudas a aerolíneas. Y mientras sus compañeros de filas vigueses obedecían a Feijóo bloqueando una iniciativa similar del gobierno de Caballero para frenar la sangría de pasaje en su aeropuerto, Carlos Negreira aprovechó la ocasión, extendió la chequera y acabó arrebatando Air Europa a Peinador.

El gran beneficiado de ese boicot a Vigo fue el aeropuerto de Oporto, que se está haciendo con la capitalidad aeroportuaria del Noroeste peninsular. Y como principal resultado del pulso que mantiene Negreira con el presidente de la Xunta -ahora financiando un vuelo a Londres-, es el sorprendente registro de Alvedro, la terminal española con mayor crecimiento en enero, tanto en pasajeros (41%) como en operaciones (47%).

Y entretanto, la demanda de la terminal compostelana se desploma. Ambos aeropuertos, Alvedro y Lavacolla, compiten entre sí con dinero público pese a ubicarse en la misma provincia y a menos de media hora de distancia. Pero solo uno sale ganando, y en conjunto, todos pierden. Entre los tres suman 5.000 usuarios menos que el año pasado, en contra de la tendencia manifestada por la red aeroportuaria nacional, que crece un 2,5% y por tercer mes consecutivo.