Cuenta que el repertorio de la Orquesta Vigo 430 arrancaba a finales del siglo XVIII y, cuando quisieron ampliarlo "hacia atrás", recurrieron a él. La música antigua es su especialidad. Alfonso Sebastián llevará hoy la batuta en el concierto de inauguración de la temporada de la sinfónica viguesa con un programa barroco, estilo en el que está considerado uno de los mejores intérpretes de la península. La cita es a las 20 horas en el teatro de la Fundación Novacaixagalicia.

-¿Qué es lo que más le atrae de la música barroca?

-Me resulta más humana. Sus proporciones están más adaptadas al hombre del siglo XXI, frente a las grandísimas sinfonías del romanticismo, que pueden durar hasta hora y media. Las de la primera mitad del XVIII son más cortas y asimilables. Atrae más fácilmente al público actual, porque hoy triunfa la inmediatez y la información en píldoras. Además, es muy afectuosa y habla de emociones humanas iguales a las de ahora. Es una música bastante actual.

-¿Cómo es el programa que dirigirá?

-El "Magnificat", de Bach, es un himno dedicado a la Virgen. La "Oda para el aniversario de la reina Ana", de Häendel, festeja el 39 cumpleaños de la regente de Inglaterra y la firma de la Paz de Utrecht, que puso fin a la Guerra de Sucesión española, en 1713. Se ve que Ana medió bastante entre las potencias europeas. Además de su cumpleaños, es una celebración de Ana como mediadora y portadora de paz. Se contraponen dos obras de música del Antiguo Régimen en donde lo civil y lo religioso, el poder de la majestad terrena y el de la divina, estaban bastante mezclados. Aunque uno sea para la reina del cielo y otra para la de la Tierra, se manifiestan de forma similar, la música es casi intercambiable.

-¿Por qué han elegido estas piezas en concreto?

-La propuesta del "Magnificat" es del coro Gli Apassionatti -hacen gala a su nombre porque son muy apasionados-, que se unen a la orquesta en esta cita. Bach siempre es comprometido, pero esta obra es muy compleja y se están defendiendo bastante bien. Yo propuse la oda al cumpleaños. Por muchas razones. Le tengo mucho cariño, tiene uno de los comienzos más bonitos de la historia de la música y es más accesible, con lo que contrapesa las dificultades de la otra. La quise hacer el año pasado, en el aniversario de la paz de Utrecht. Nos hemos pasado por dos meses, pero la intención es lo que cuenta y es una exaltación de la paz, que nunca está de más.

-¿Es su primera vez al frente de la Vigo 430?

-Sí y espero que no sea la última, porque me lo estoy pasando muy bien. La conocía por sus conciertos y por su activo canal de YouTube. Gusta mucho y creo que es un gran honor para Vigo tenerla. Además, nace del empeño y la cabezonería de sus componentes. Tiene apoyo institucional, pero ni mucho menos a la altura de las otras dos grandes orquestas gallegas.

-¿Las orquestas se ven abocadas a salir adelante solo con su empeño?

-Depende mucho de la comunidad, pero todas han tenido que renunciar a cosas. Hoy, la música en España es más una cuestión del empeño personal de cuatro quijotes, que de la respuesta de las administraciones. Lo primero que se cae de los presupuestos es la cultura y, sobre todo, la inmaterial. Como la música se la lleva el viento... Hay preocupación. La música no debería ser prescindible.

-¿Qué opinión le merecen las voces a su disposición?

-Son gente de la tierra. Proceden del mundo de la lírica y están menos familiarizados con el repertorio antiguo, al igual que la orquesta, pero lo bueno de este encuentro es la buena disposición de todo el mundo, la maleabilidad y la colaboración. La orquesta y los solistas están siendo verdaderas esponjas. Será un concierto muy lucido también por la naturaleza festiva de la música, con coro, una orquesta grande con trompetas, timbales, flautas... A la gente le gustará, estoy seguro.