Mucho se ha hablado, debatido y analizado la arquitectura perdida en Vigo y poco, o casi nada, de las obras que todavía se pueden recuperar. Los derribos, alteraciones, mutilaciones y "crímenes" urbanísticos son ya un género en sí mismo y han generado todo un aluvión de libros, vídeos e incluso aplicaciones para teléfonos móviles, pero en cambio apenas se ha tratado la posibilidad de rescatar de la ruina algunos edificios levantados en su día por geniales arquitectos para insignes familias y que siguen abandonados a la vista de todos los vigueses.

Uno de estos casos es la Casa de Lorenzo Rodríguez, en Porta do Sol, obra de Jenaro de la Fuente Domínguez que será rehabilitada con los planos originales gracias a la iniciativa de tres arquitectos. Es una de las joyas de la ciudad que fue maltratada durante décadas hasta convertirse en un adefesio en pleno casco urbano, pero no es la única. Seis urbanistas vigueses, grandes conocedores del patrimonio inmobiliario de la ciudad, hablan ahora para FARO de otras tantas edificaciones que deberían ser rehabilitadas de forma inmediata para salvarlas de la ruina. En algunos de los casos, las reformas ya están en marcha, como es el caso de la fachada de O Berbés, donde el Consorcio Casco Vello ha iniciado la compra de edificios para restaurar, o en la calle Marqués de Valladares, en la que se espera por una licencia para devolverle todo el brillo a una casa que aúna el estilo de dos genios: Jenaro de la Fuente y Josep Doménech i Estapá. Entre los elegidos, también se encuentra una de las grandes deudas que tiene la ciudad, La Panificadora, y cuyos restos languidecen a los pies del monte Castro y el Concello.

Expertos tan reputados como Jaime Garrido -su obra "Arquitectura Urbana", escrita junto a José Manuel Iglesias Veiga, se ha convertido en una biblioteca imprescindible del urbanismo vigués- ponen el acento en obras que han sufrido verdaderos "atentados". Consideran que sería posible recuperar su estado original y, sobre todo, que "merecería la pena" por su importancia histórica y urbanística, además de su situación privilegiada.

Los arquitectos coinciden en su mayoría al señalar que sería necesario acelerar los plazos de tramitación administrativa para facilitar el trabajo. Jesús Irisarri, centrado ahora en la rehabilitación de los edificios del Casco Vello para los Registradores de la Propiedad, aún espera por la licencia para otra de sus reformas. "Hay muchas ganas de reformar y recuperar estas obras, pero no se arreglan más cosas por el tiempo que tardas en conseguir los permisos", señala. Algo parecido ha ocurrido con el edificio de Jenaro de la Fuente en Porta do Sol, puesto que la primera solicitud se realizó hace ya más de doce años.

Estos son seis ejemplos de trabajos pendientes, pero a lo largo y ancho de la ciudad existen otros muchos que citan igualmente los arquitectos, como los inmuebles de Elduayen 30, Príncipe con López de Neira o Urzáiz con Magallanes.

Casas Marineras - Arquitectura popular destinada a ser el "icono" de la ciudad

Santiago Castro Paz, uno de los autores del proyecto para rehabilitar la Casa de Lorenzo Rodríguez, señala como prioridad la recuperación de las casas marineros de O Berbés, raíz de la ciudad pesquera y actualmente en muy mal estado. “Es imprescindible la recuperación urbana de la fachada de O Berbés. Va pasando el tiempo y a pesar de las intenciones de las administraciones, tanto municipales como autonómicas, su imagen es lamentable, se necesita una urgente intervención en ella, porque sigue siendo uno de los iconos de Vigo”, explica el arquitecto.

Existen referencias de estas construcciones en el siglo XVI, pero el crecimiento del puerto y el abandono del casco histórico provocó una paulatina decadencia que acabó en derribos. El primer plano conocido de Vigo, el del ingeniero Leonardo Turriano, ya recoge estas edificaciones situadas de forma longitudinal a la playa. El Consorcio Casco Vello, participado por la Xunta de Galicia en un 90 por ciento y el resto por el Concello, ha puesto ya en marcha un programa de actuación para conseguir la rehabilitación integral de la zona en un plazo de cuatro años. Nueve de los edificios, los que se encuentran en peor estado, han sido o serán adquiridos por el organismo para convertirlos en un atractivo turístico. La primera compra -números 11, 13 y 15- ya se ha hecho efectiva y las obras comenzarán de forma inmediata.

Casa Francisco Sitjá - La fusión de Jenaro de la Fuente y Doménech Estapá

El proyecto de la Casa de Francisco Sitjá Coca, situada en la intersección de Marqués de Valladares y Velázquez Moreno, fue firmado por Jenaro de la Fuente Domínguez en octubre de 1886, pero el libro “Arquitectura Urbana” menciona que “debió ser trazado como referencia de un bosquejo del afamado arquitecto catalán Josep Doménech i Estapá”, autor de importantes obras en Barcelona, como el Palacio de Justicia o la Facultad de Medicina”. Amigo de Francisco Sitjá, éste le había pedido un diseño aplicable a la construcción que pretendía levantar en Vigo. “Hubo que variar completamente el estudio de planta en función de aquellos datos y necesidades”, relata Jenaro de la Fuente en la memoria del proyecto.

La obra es un ejemplo de la arquitectura ecléctica, excepto el original mirador en la esquina y la cornisa. El edificio se mantiene ahora como fue proyectado y ejecutado, aunque en la planta baja de Marqués de Valladares fue alterado al instalarse un comercio. El estudio de Jesús Irisarri ya tiene en marcha el diseño para su reforma, que consistirá en devolver el edificio a su aspecto original y añadir varias plantas. “Lo dejaremos tal cual estaba y crecerá con otro tipo de arquitectura acorde con la existente”, apunta.

Escuela de Artes y Oficios - El amalgama de estilo del genial Michel Pacewicz

Sin duda el edificio que presenta mejor estado de todos los elegidos por los arquitectos vigueses, pero pendiente su limpieza y regreso al aspecto original. José Antonio Martín Curty, miembro del Instituto de Estudos Vigueses y autor de la obra “Pacewicz, arquitecto vigués” (Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, 1992), cree que “merecería la pena” acometer una reforma. “Tiene ya más de un siglo de vida y es urgente una rehabilitación”, afirma Martín Curty. Fue uno de los primeros edificios que construyó el genial Michel Pacewicz en Vigo, junto con el Hotel Moderno y la casa para Joaquín Acuña Soaje en la calle Policarpo Sanz. Así lo recogía el 5 de septiembre de 1897 FARO de VIGO en una noticia que narraba la llegada de Pacewicz a la ciudad. “Habría que mimarlo un poco más y retrotraerlo a su forma original porque se han hecho adiciones posteriores”, añade. En su libro sobre el autor, el propio Martín Curty define de esta forma la Escuela de Artes y Oficios: “Nos encontramos sin duda ante uno de los grandes edificios legados por Pacewicz a nuestra ciudad, muestra depurada de las corrientes neomedievalistas decimonónicas, y especialmente destacable por el amalgama de detalles góticos, románicos y bizantinos... exactamente la forma en que el maestro Paul Abadie abordó en la emblemática iglesia parisina del Sacre Coeur de Montmatre”.

Casas de Pacewicz - Marquesinas y escaparates en edificios centenarios

El conjunto de casas de Michel Pacewicz se encuentra en general en buen estado, pero tienen una alteración que debería ser subsanada. Jaime Garrido señala al número 13 de la calle Urzaiz, donde la fachada ha sido profundamente modificada con una marquesina y escaparates en la primera planta. “Son unos edificios extraordinarios que se encuentran en pleno centro y las plantas bajas están muy afeadas por la presencia de ese pegote”, asegura Garrido. Construidas a principios del siglo XX, el arquitecto vigués cree que es el caso “más sangrante”. Además, menciona el inmueble situado justo enfrente, en la esquina de Urzáiz con Magallanes, donde existe también un bajo comercial con otra marquesina añadida al edificio original. “Se está haciendo mucho, la gente está ahora más concienciada y se han realizado rehabilitaciones muy buenas, aunque todavía queda mucho por hacer”, explica. Otro de los ejemplos que pone Garrido es la esquina de Príncipe con López de Neira, donde está previsto la rehabilitación. En referencia al Casco Vello, considera que el trabajo es “encomiable” y menciona la labor de “muy buenos arquitectos”. A pesar de todo, menciona la cornisa añadida en el edificio situado en el arranque de la rúa Cesteiros, junto a la Praza da Constitución. “Deberían hacer algo para retirar ese trozo que colocaron porque el conjunto ha quedado muy bien”, indica.

La Panificadora - Una gran deuda urbanística, a los pies del Concello

“Es uno de los máximos exponentes de la arquitectura industrial en el casco urbano de la ciudad”, explica Francisco Mariño, autor junto con Santiago Castro y José Luis González del proyecto para la Casa de Lorenzo Rodríguez. La Panificadora es sin duda una de las grandes deudas urbanísticas -sin olvidar Barrio do Cura- que tiene Vigo, pero actualmente está bloqueado. “Por su ubicación privilegiada y su estado actual considero que es necesario una intervención inmediata”, mantiene Mariño, que apuesta por una reforma respetuosa. “La rehabilitación debería recuperar los elementos singulares y acometer una solución para la fachada urbana del ámbito”, señala.

El proyecto de la fábrica de la Compañía Viguesa de Panificación fue encargado a Manuel Gómez Román en 1923 en base a varias instalaciones de este tipo en el extranjero. “Diseñó una edificación austera con un amplio zócalo sobre el que se eleva una alargada nave central, flanqueada por dos cuerpos de dos y tres plantas”, describe la obra “Arquitectura urbana”. Inaugurada en 1925, fue ampliada en 1930 para incorporar la fabricación de harinas a su producción. En 1960 sufrió una nueva ampliación, levantándose una nueva edificación para albergar una fábrica de piensos.

Edificio Ribas Barreras - El abandono más "irracional" en plena calle Colón

El edificio Ribas Barreas sale a relucir en varias de las conversaciones con los arquitectos vigueses. Uno de los que lo menciona con más interés es José Ramón Iglesias Veiga, miembro del Instituto de Estudos Vigueses y autor de “Arquitectura urbana”. El inmueble fue proyectado en 1933 para Rosa, Luisa y Teresa Ribas Barreras. De estilo racionalista, su autor, Francisco Castro Represas, recoge matices expresionistas y déco, tal y como explica Iglesias Veiga. “Está abandonado”, se lamenta antes de explicar la importancia que tiene para la ciudad. “El racionalismo es un estilo moderado, no tiene decoración pétrea y quizás por eso sea poco valorado popularmente, pero es muy importante porque nos abrió la puerta de la modernidad”, argumenta. “Se han perdido muchos edificios racionalistas y es una pena el estado en el que se encuentra”, añade. En enero de 1946, se inauguró en los bajos del inmueble los locales del Banco Exterior de España en la ciudad.

Iglesias Veiga también hace hincapié en varios ejemplos de la arquitectura industrial de la ciudad y, en especial, en La Metalúrgica. “Solo queda la fachada, pero es muy significativo para la ciudad, al igual que La Panificadora, son emblemas”, insiste. Por último, apunta a parte del edificio construido por Sesmero en Arenal que todavía está apuntalado.