"En mis tiempos de estudiante, cuando ibas a congresos internacionales siempre había un japonés, un chino o un español que no hablaba inglés o lo hacía fatal. Te sentías impotente a la hora de defender tu posición. Hasta que me dije que aquello no podía seguir así, me formé y después me fui a EE UU", recuerda Claudio Cameselle, uno de los 23 profesores de Ingeniería Industrial que este curso imparten docencia en inglés a un total de 206 estudiantes desde 1º a 4º. Ellos integran la generación llamada a romper un tópico todavía vigente fuera de nuestras fronteras.

El programa bilingüe, pionero en la Universidad de Vigo junto con el de Empresariales y Turismo de Ourense, y uno de los pocos existentes en Galicia, ha despertado en su estreno el interés de alumnos y profesores, quienes han tenido que adaptar los contenidos de un total de 14 materias, "que no traducir", asistir a cursos específicos que "emulaban el escenario académico anglosajón" y superar una prueba de acreditación del Centro de Linguas única en el sistema español.

"Si durante muchos años se ha buscado que la formación de esta escuela fuese sinónimo de capacidad y perseverancia en el trabajo, ahora se pretende añadir al perfil del graduado la facultad de desenvolverse en lengua inglesa. Es un esfuerzo que merece la pena", señala el profesor Rafael Comesaña.

Superados los temores iniciales, estudiantes y docentes están convencidos de que dominar el inglés, sobre todo, el vocabulario técnico de su ámbito, les abrirá puertas. Y no solo en el extranjero. "Tanto las empresas locales como nuestros egresados coinciden en que es un factor necesario para llevar a cabo una actividad profesional global desde Galicia", apunta Comesaña.

Su asignatura, Elasticidad y ampliación de resistencia de materiales, cuenta con una treintena de alumnos de tercero de Ingeniería Mecánica, la única especialidad con acceso a la ruta bilingüe y solo en la sede del campus.

"Al principio, todos estábamos asustados y mis padres me preguntaban si estaba seguro, pero la dificultad es la misma. Al mismo tiempo que te formas en ingeniería estás practicando inglés y esto te motiva a seguir estudiando. Y es un nivel más respecto a otros alumnos", destaca Santiago Navarro.

Su compañera Alba Vilariño se muestra de acuerdo: "Constará en nuestro expediente y es una diferencia a la hora de buscar trabajo. Es una buena oportunidad que nos ofrecen y hay que aprovecharla".

El profesor Comesaña asegura que tras la "inquietud" de los primeros días sus alumnos se muestran "cómodos y participativos" y no duda en halagar su iniciativa: "Son estudiantes comprometidos que han elegido voluntariamente la docencia en inglés y que no escatiman esfuerzo. Son los actores principales de este programa y lo han comprendido perfectamente". De hecho, así lo ratifican las primeras pruebas de evaluación continua que les acaba de realizar.

Estudiantes "erasmus"

Entre sus estudiantes hay cuatro "erasmus" de Italia, Alemania y Polonia. Sergio Naraci, alumno de la Universidad de Florencia, pasará todo este curso en Vigo. Comenta que en su escuela no existe un plan bilingüe semejante y cree que le ayudará a trabajar en el extranjero ante las dificultades laborales de su país. También Santiago y Alba han tenido en cuenta esta posibilidad. "A mí me gustaría irme", sostiene él, mientras ella añade que las condiciones son "bastante mejores".

Adrián Gabeira, estudiante de 2º, preferiría, sin embargo que el inglés le sirva para "trabajar desde aquí hacia fuera". La inmersión de este curso es la más intensiva, ya que tienen 7 asignaturas en inglés, dos en este primer cuatrimestre. La de Tecnología medioambiental que imparte Claudio Cameselle es una de ellas.

"Debes estar más atento y te cansa un poco más, pero no es más difícil. Además de abrirnos puertas laborales esta oportunidad supone una riqueza personal", añade Adrián.

Su compañera Klaudia Dabek, que estudia Ingeniería de Producción en la universidad polaca de Silesia, solo ha escogido las asignaturas de la ruta bilingüe: "En mi país todos hablan inglés, pero nadie me dijo antes de venir que aquí no pasa lo mismo".

Algunos de los alumnos del programa bilingüe estudian inglés por su cuenta -la escuela también ofrece cursos específicos- o se manejan con el nivel de Bachillerato. A Alberto Morán le animó su estancia durante el año pasado en una universidad de EE UU, en la que también jugaba al fútbol, para inscribirse: "Contará en nuestro currículo y nos ayudará si nos contrata una empresa internacional".

También les servirá si deciden realizar el proyecto fin de carrera o prácticas en el extranjero, una posibilidad a la que, aprovechan para recordar, solo tienen acceso durante el último año. "Nos gustaría poder irnos antes", reivindican.

Para su profesor, el único del departamento de Ingeniería Química acreditado, éste será un curso íntegramente en inglés: "Es un reto y también una satisfacción personal. Ellos empiezan diez años antes a estudiar inglés de lo que yo lo hice y lo van a rentabilizar".