El proyecto de la Plaza de Portugal fue encargado por el alcalde Mauro Alonso al arquitecto municipal, Jenaro de la Fuente ya que tras la apertura de la calle República Argentina, había quedado un espacio en terraplén limitado además por las calles Rogelio Abalde y la actual Uruguay, que entonces se denominaba Laforet.

El proyecto tenía una parte difícil , que era la baja calidad artística de las fachadas posteriores de la calle Urzáiz y que Jenaro de la Fuente resolvió con una monumental pérgola, con una biblioteca infantil que nunca llegó a funcionar. La pérgola está en la actualidad en la alameda Eduardo Cabello de Bouzas.

Destacaban también unas hermosas escaleras desde la calle Uruguay a cuyos lados había unas fuentes con tritones cruzados que fueron desmontadas cuando se construyó el aparcamiento subterráneo. Las fuentes con los tritones están ahora en la plaza Alba Plena, en Camelias.

Las obras se sacaron a concurso en diciembre de 1928 y la plaza se inauguró cinco años más tarde, durante la celebración de una Semana de Portugal en Vigo.

El elemento fundamental de esta plaza era el busto de Luis de Camões, que fue solemnemente inaugurado en agosto de 1934. Estaba situado en la parte Norte, haciendo frente a la pérgola y biblioteca infantil.

El busto fue un regalo que el Comité de la Exposición Colonial de Oporto hizo a la ciudad en homenaje de confraternidad y en señal de reconocimiento por lo que Vigo había contribuido, con la presencia de millares de personas, al gran éxito de aquel certamen.

Lo realizó el renombrado escultor Souza Caldas, director de la Escuela Industrial de Oporto y que tenía su taller en Vila Nova de Gaia. Este artista, que vino a Vigo con su obra, recibió muchas felicitaciones por la perfección con que estaba ejecutado el busto de Camões, que fue colocado sobre un pedestal provisional de madera, que después se sustituyó por un basamento de granito gallego

El día de la inauguración, a cada lado del monumento se levantaba un mástil, en uno de los cuales ondeaba la bandera de Portugal, y en el otro la de España. Algunas de las casas con frente a dicha plaza, ostentaban colgaduras en sus balcones.

Había gran cantidad de público que rodeaba la plaza y era contenido por los guardias. Y estaban presentes la Banda de Música Indígena de Angola, la Compañía Indígena de Mozambique, una sección de marinería del destructor portugués Vouga, otra del crucero español Almirante Cervera y una de la Base Naval, así como una compañía del regimiento de Infantería número 29. A ello se sumaban los Exploradores de España, tropa de Vigo, y la banda de música de la Municipalidad, que se hallaba bajo la pérgola.

El director de la Exposición Colonial, capitán Enrique Galvao (que en enero de 1961 llevaría a cabo el secuestro del trasatlántico portugués Santa Maria) expuso las razones por las cuales aquella Exposición ofrendaba un busto de Camões a la ciudad de Vigo, para ser colocado en la Plaza de Portugal, haciendo constar que eran razones de gratitud y de fraternidad y manifestó la honra que sentía al hacer esa ofrenda.

El embajador de Portugal y el alcalde de Vigo se aproximaron al monumento y descubrieron el busto del glorioso autor de Os Lusiadas, que hasta entonces estuvo cubierto por una bandera española y otra portuguesa.

La banda de música indígena ejecutó el Himno de Riego y A Portuguesa, que fueron acogidas al final con aplausos. Se dio un viva a Portugal y los portugueses contestaron con otro a España.

En el momento del descubrimiento, las tropas de mar y tierra españolas y portuguesas presentaron armas y una salva de bombas anunció al pueblo de Vigo que acababa de ser inaugurado el monumento al glorioso poeta portugués.

Durante la ceremonia, pasaron volando sobre la Plaza de Portugal varios aeroplanos de los llegados dos días antes a La Guardia. Al finalizar el acto, las tropas desfilaron por el centro de la ciudad entre los aplausos de los ciudadanos.

Un año más tarde, desde las páginas de FARO se recordaba que al monumento dedicado al ingente navegante y glorioso poeta le faltaba un detalle. Y era un rótulo, grabado en la piedra del pedestal o en una placa adherida al mismo, "que diga quien es el hombre insigne a quien se rememora en el busto de bronce. Esculpir en la piedra del basamento del busto unas palabras definidoras de Camões y recordadoras de quien donó a Vigo la efigie del poeta de Os Lusiadas cuesta poco y prestaría un gran servicio".

La plaza sufrió varias remodelaciones y desde la última, en 2006, las autoridades consulares de Portugal en Vigo vienen reclamando un rótulo "que diga quien es el hombre insigne a quien rememora el busto de bronce" que ahora tiene a modo de pedestal, la caja eléctrica que da servicio a las bombas del estanque. Y aún no lo han conseguido.