El primer biobanco marino del mundo impulsado desde Vigo registra desde ayer al mediodía las primeras muestras y datos de parásitos recopilados por investigadores de 13 países europeos y asiáticos que compartirán su material y conocimientos para mejorar el control de patógenos en más de una decena de especies comerciales.

El grupo Ecobiomar, del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC, está detrás de esta iniciativa pionera que se enmarca en el proyecto europeo Parasite, coordinado por el científico vigués Santiago Pascual y en el que participarán instituciones y pymes de diez países europeos, China, Filipinas y Vietnam hasta 2016.

"Cualquier investigador del consorcio podrá acceder al material biológico y a todos sus datos almacenados bajo unos altos estándares de calidad. La trazabilidad es uno de los factores fundamentales y permite conocer desde el punto del océano y la hora a la que fue capturado el pez hasta la cantidad de parásitos que presentaba. Todo ello tiene un valor incalculable", señala Ángel González, responsable del biobanco junto con Pascual.

"El pescado siempre ha tenido parásitos y los controles actuales son lo bastante estrictos para que no ocurra ningún problema, pero disponer de más información supondrá una mejora del medio ambiente y también de la seguridad alimentaria", añade.

Los investigadores vigueses serán los únicos gestores del biobanco pero los científicos que lo nutren tendrán la posibilidad de incluir los datos de las muestras recogidas durante sus campañas oceanográficas incluso antes de desembarcar.

El IIM, donde ya se almacenan la primeras muestras de Anisakis en ultracongeladores que alcanzan los -80 grados centígrados, constituye el nodo central de la plataforma. Y conectados a él se encuentran tres subnodos en el hospital Carlos III de Madrid, la Universidad La Sapienza (Roma) y el instituto noruego de nutrición e investigación de productos marinos (NIFES).

"El repositorio de parásitos se repartirá entre Vigo y Noruega, mientras que las muestras biomoleculares se almacenarán en Roma", apunta González.

El biobanco es una iniciativa sin ánimo de lucro y operará de forma autosostenible bajo el modelo de cesión-donación, lo que conllevará "un ahorro inmenso" y la optimización de los recursos disponibles en el consorcio. "Cualquier investigador interesado en estudiar un determinado parásito de la merluza del Atlántico norte podrá disponer de datos para ello", comenta.

La idea es abrir el acceso de esta herramienta en el futuro, siempre bajo la supervisión del grupo Ecobiomar, a investigadores de otras instituciones públicas y también a la industria biotecnológica, con el consiguiente beneficio para las empresas del sector localizadas en el área de Vigo y en el resto de Galicia. "Las moléculas marinas tienen un gran interés para la elaboración de vacunas o fármacos contra las alergias, por ejemplo", comenta Ángel González.

El software de gestión de esta plataforma ha sido desarrollado por la empresa Comercial Hospitalaria Grupo 3 (CHG3), con amplia experiencia en biobancos clínicos, pero en el proyecto Parasite, financiado con 4 millones de euros dentro del 7º Programa Marco, también participan el Cetmar, la Cooperativa de Armadores de Vigo y la consultora Larpro Engineering.