Los datos oficiales sobre la venta de viviendas en Vigo en el primer semestre del año muestran más de lo mismo para el sector inmobiliario. Las operaciones continúan a la baja al registrarse solo 426 transacciones entre enero y junio, un 16% menos que en el mismo intervalo de 2012, según la última estadística del Ministerio de Fomento para todos los municipios españoles elaborada con la información de los colegios notariales. Sin embargo, las agencias viguesas detectan un repunte de la demanda en los pisos más baratos, de menos de 100.000 euros, y algunas de ellas empiezan a percibir pequeños indicios de recuperación a raíz de la continua caída de los precios.

"Las visitas se han disparado y las viviendas que más se están moviendo son de 100.000 euros para abajo", explica Fabián Fernández, de la inmobiliaria Independencia, quien ejemplifica que de un ratio medio de 40 entrevistas para vender un piso se ha pasado a un número más razonable, de 20. El grifo del crédito sigue cerrado, pero las agencias apuntan varios factores que generan señales positivas para el sector en el segmento de viviendas más baratas. La mayor parte de los compradores las adquiere íntegramente con sus ahorros o solicitando pequeños préstamos cuando necesitan completar el importe. La desconfianza en productos financieros provocada por el problema de las preferentes y el temor surgido el año pasado a que la UE impusiese una tasa a los depósitos bancarios tras el precedente del rescate de Chipre son algunos de los motivos que han llevado a muchos ahorradores a destinar sus fondos a vivienda, según constatan varias agencias. Los inversores son el otro grupo que tira del mercado al contar con liquidez para comprar en un momento en el que pueden encontrar valores seguros a costes atractivos.

La mayor parte de las transacciones corresponden a vivienda de segunda mano. De las 426 compraventas registradas en el primer semestre solo 80 eran de inmuebles nuevos. En Vigo hay poca cartera de pisos de reciente construcción y los dueños de vivienda usada que quieren vender están bajando sus pretensiones a fin de encontrar compradores. "Muchos propietarios se resisten, pero se están dando cuenta de que si no bajan es muy complicado vender", comenta Rosa Iglesias, gerente de Totcasa, que aún así considera "muy lento" el ajuste de los precios a la demanda.

En similares términos se pronuncia Miguel Rodríguez, agente de la inmobiliaria Posada. "Hay muchos inmuebles que siguen siendo caros", comenta. La firma detecta demanda de pisos de 100.000 euros -"la cifra estrella", cita Rodríguez- o aún más barato, aunque en su caso este interés no se está traduciendo por ahora en subida de ventas. "Se ve más movimiento, pero no se materializa en resultados", indica.

Pese a la escasa cartera de vivienda nueva otra de las agencias, Quesada, percibe un repunte en la demanda de pisos a estrenar este año, también en el segmento de los más baratos. "Hay más ventas en inmuebles de 60.000 o 70.000 euros, y notamos más ánimo entre la gente que quiere comprar", explica la gerente, Mari Carmen Matilde.

Por ahora este repunte en la vivienda de coste bajo no se traduce en el comportamiento global del mercado inmobiliario, ya que de abril a junio hubo menos transacciones que en el mismo periodo de 2012 (281 por 292). La tendencia a la baja afecta a las demás urbes gallegas. Todas registran nuevas caídas en las ventas.