El Concello de Vigo está dispuesta a estudiar el traslado del programa Sereos, destinados a atender a los drogodependientes en el Casco Vello, en el Centro Integral de Inclusión e Emerxencia Social (Ciies) de Marques de Valterra como le ha propuesto el BNG. El local que se había habilitado en la calle Elduayen se cerró el pasado 1 de agosto por las quejas de comerciantes y vecinos y ahora el servicio se está realizando desde una unidad móvil en la calle Jacinto Benavente. A pesar de todo, los usuarios se han instalado en la Praza da Princesa, una de las zonas del barrio histórico en plena rehabilitación.

Los responsables municipales están estudiando la posibilidad de habilitar otro local y no descartan la opción de integrar el programa en el albergue de Valterra. "Los técnicos son contrarios a que se lleve allí porque son colectivos diferentes, pero todo se puede estudiar", señalaron ayer desde el Concello. La misma opinión ofrecen desde el Grupo Autoapoio Imán-Cedro, que se decantan por reabrir en Elduayen pero no ven con malos ojos que se estudie esa propuesta. "No lo vemos claro porque son programas diferentes y se puede producir un problema de masificación en Marques de Valterra, pero es una opción a tratar y significaría que se están buscando soluciones", afirma Antón Bouzas, responsable de Imán.

Por el contrario, la Asociación de Vecinos del Casco Vello no considera que esta posibilidad sea la adecuada ya que un incremento "excesivo" de usuarios generaría complicaciones. "Allí hay una escuela de Primaria y la Casa do Mar. Creemos que debería hacerse un esfuerzo porque la ciudad es multinuclear y podría haber centros en otros lugares", señala Cándido Pérez, presidente del colectivo vecinal. "Está claro que la plaza de la Princesa no es un buen lugar para ellos ni para la ciudad", añade. Tanto la Asociación de Vecinos como Imán coinciden en que la furgoneta en la que se dispensa ahora el servicio ofrece "muy mala imagen" al municipio. "No es digno en pleno siglo XXI y no lo merece nadie, tampoco el Concello, porque da una imagen muy cutre", explica Antón Bouzas.

El servicio de atención a los drogodependientes en el resto de las ciudades gallegas se realiza lejos de sus respectivos barrios históricos. En A Coruña, las unidades que prestan servicio están ubicadas en el polígono de A Grela, con la asociación ciudadana Aclad, y en la calle Azahar, con Érguete y Colectivo Moucho, ambas apartadas del centro urbano. Además, el Proyecto Hombre se encuentra en la zona Bastiagueiro. Idéntica situación se produce en Santiago, donde la Unidad Municipal de Atención a Drogodependientes (UMAD) se ubica en el barrio de Salgueiriños, a más de tres kilómetros de la céntrica plaza del Obradoiro. En Pontevedra, por su parte, existe un local en la calle García Escudero, junto al río Lérez, y desde la Fundación Érguete se acude al poblado de O Vao (Poio), donde se concentran los mayores problemas.

No ocurre así en el caso de Lugo y Ourense. En la ciudad de las murallas, los drogodependientes se han asentado en A Tinería, uno de los barrios del casco viejo en plena rehabilitación y muy próximo a la catedral. La plaza Mayor también es lugar de encuentro para grupos marginales. Por su parte, la céntrica calle Curros Enríquez es el lugar en el que se presta este tipo de atención en Ourense.