Caras de sorpresa, sonrisas nerviosas, miradas de incredulidad e indignación. Mucha indignación. Los 60 viajeros que volaron ayer en el primer avión turbohélice de Air Europa que llegó a Vigo a las 11.20 horas procedente de Madrid no pudieron contener su malestar. Prácticamente ninguno conocía el aparato que se iba a encontrar en Barajas después de que la aerolínea se llevara sus aviones grandes para A Coruña tras recibir 1,4 millones de euros del gobierno local del Partido Popular. "Confieso que la primera impresión fue de miedo por la hélices. Y puede ser una tontería, pero creo que ese detalle va a echar a muchos pasajeros para atrás. Una viajera estuvo llorando y tuvo que salir el piloto a consolarla. Ella, por ejemplo, no creo que vaya a repetir", decían tras desembarcar César Pérez y Cristiana Mendonça, una pareja que iban hacia Vila Praia de Áncora (Portugal). "Este no es un avión competitivo para una ruta como esta. La próxima vez voy desde Oporto con Ryanair", remachaba él.

Esta primera mala impresión se la llevaron todos los viajeros encuestados por este periódico. "No estamos acostumbrados a este tipo de aviones y cuando te montas en el autobús, te llevan al medio de la pista y te encuentras con él, lógicamentete entra una sensación de miedo. ¿Pero esto qué es?, fue lo primero que me pregunté", confesaba el argentino Fernando González. Al igual que otros tantos viajeros, éste criticaba que los aviones tardaran demasiado tiempo. "Antes el vuelo duraba unos 55 minutos, ahora es casi una hora y media. Si la intención es mantenerlos en la ruta Vigo-Madrid creo que se equivocan. A todas luces no será un vuelo competitivo", agregaba enfadado.

Para cabreo el de Cesáreo Perales y Carmen Sánchez. Estos madrileños que venían ayer a pasar unos día a Vigo lo primero que hicieron fue ir a pedir explicaciones a la oficina de Air Europa. "Nos pareció un escándalo. Pagamos más de 400 euros entre los dos y nos ponen este avión. ¿Pero esto qué es? ¿Memorias de África?", se ironiozaba él. "Nos dicen que es política de la compañía. ¡Pues menuda política! En Santiago subvencionan y vuelas por cuatro duros y aquí hay billetes carísimos y un servicio pésimo. Está claro que nos están obligando a volar por Lavacolla y Oporto", criticaban ambos.

Lo cierto es que por ahora, y dadas las pequeñas dimensiones del aparato, las plazas, como adelantó FARO, se están agotando con demasiada antelación, lo que resta también competitividad a la ruta. El primer avión de ayer llegó con una ocupación del 88% de pasajeros. Entre ellos estaba el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda.

Sorprendidas se quedaron también dos amigas de Madrid y Valladolid que venían a Vigo a una despedida de soltera. "La verdad es que nos esperábamos un avión más grande. Nos sorprendió ver esta 'avioneta'. Lo cierto es que da bastante mala imagen y el viaje se hace muy largo ahora", lamentaban Begoña Egido y Rosa del Río.

Otros, como Juan Carlos Cordeiro, natural de Cangas pero vecino de Boiro, confesaba estar tranquilo y no veía ningún obstáculo ni perjuicio en este tipo de avión. "Yo estoy acostumbrado a volar en ellos y realmente me da igual. Hay en otras rutas que se usan, como a Valencia o Bilbao, y son igual de cómodos que el resto, y además te dan de beber gratis", bromeaba.

Estos aviones se mantendrán en Vigo al menos hasta finales de octubre, cuando la aerolínea garantizó que repondrá los Embraer de 122 plazas.