La incógnita de si los comuneros de Cabral apoyan el macrocomplejo que el grupo Eurofund proyecta en 300.000 m2 del monte Liñeirios sigue siendo eso, una enigma... rodeado de tiranteces. Y continuará así al menos durante varias semanas. La asamblea convocada ayer por la Comunidad de Montes de Cabral para que sus 780 vecinos votasen la expropiación zozobró entre protestas. Y lo hizo desde el "minuto cero". Pancarta en mano, con pitos y al grito ensordecedor de "O monte non se vende" o "Porto Cabral non", centenares de opositores impidieron -a uno y otro lado de la valla del recinto de Cotogrande- que se iniciase la junta.

La asamblea estaba convocada para las diez de la mañana. Una hora antes decenas de manifestantes coreaban en la explanada del Ifevi en contra de Porto Cabral. Ya entonces se mascaba la tensión. Diez agentes de la Policía Nacional custodiaban la entrada; con un censo de los comuneros exigían a quien intentaba franquear el portalón que enseñase su DNI. Los manifestantes silbaban entre gritos en contra de la directiva. Zarandearon la verja; se encaramaron al muro y encararon a la directiva... y alguno, incluso, arrojó monedas a la explanada a la voz de "¡Solo os importa el dinero!".

Una hora después el número de opositores en el aparcamiento de Cotogrande rozaba los 250. Fue entonces cuando se vivieron los instantes de mayor tirantez. Varios manifestantes burlaron el control de los agentes y se colaron en el recinto, desencadenando una trifulca entre la policía, la vigilancia privada y los manifestantes. El saldo: tres detenidos -dos de ellos con heridas leves- por agredir e insultar a las Autoridades y siete policías que tuvieron que ser atendidos en el Hospital de Fátima por lesiones menores. En el Ifevi llegaron a reunirse 30 vigilantes y cerca de una veintena de agentes, entre Policía Nacional y Local. A media tarde los detenidos continuaban en dependencias de López Mora a la espera de que se instruyese el atestado. Testigos aseguran que, al menos uno de ellos, propinó patadas y un puñetazo a un agente.

Dentro del salón ferial la escena era similar. Fiel a la cita, la directiva, encabezada por su presidente Luis Rodríguez, intentó iniciar la lectura del orden del día entre las protestas de los opositores. "¡Fuera, que no quede nadie; esto es ilegal!", proferían los manifestantes. Rodríguez, desde la mesa, replicaba que "es gente de fuera de la parroquia que intenta imponer sus formas; piden democracia... pero la que ordenan ellos". Durante cerca de media hora -entre gritos y el sonido atronador de los silbatos-, una y otra parte se enzarzaron en una discusión acalorada mientras la sala se llenaba poco a poco.

Al no poder iniciar la reunión Rodríguez intentó apaciguar los ánimos. "Los que están aquí no quieren información, sino nos dejarían hablar; solo buscan humillarnos", lanzó ahogado entre gritos de "dimisión". Poco después tomaba el micrófono José Manuel Estévez, presidente de la Plataforma de Afectados de Liñeiriños: "Queremos una asamblea explicativa para toda la parroquia con el fin de que nos informen; si tienen contraído algún compromiso que se lo impida... que se lo traguen". Estévez exigió también "voto en urna y con censo". Poco después Rodríguez -que 24 horas antes reconocía a FARO su intención de que el modo de sufragio, en urna o a mano alzada, se decidiese en la propia asamblea- sacaba las cajas acristaladas para el voto. Pero ya era tarde. Los opositores exigían una nueva convocatoria.

"Vamos a celebrar una asamblea abierta a toda la parroquia. Solo para informar sobre el proyecto. Después celebraremos otra, para los comuneros, en la que podrán decidir en urna", terminó planteando Rodríguez. Minutos después Cándido Rodríguez, tesorero de la Comunidad de Montes, insistía en la misma idea. "No tenemos ningún compromiso con la compañía inversora. Os informaremos cuando tengamos el local para la cita informativa; pero la presión que se está ejerciendo ahora tiene que parar un poco". El responsable del colectivo aclaró también que "el censo será público pero, en la reunión para comuneros, sí se va a controlar que toda la gente que entre figure en la lista. Tampoco daremos a nadie de alta que no lo estuviera ya el 21 de abril", señaló antes de comprometerse a publicar, durante la junta, las cuentas.

La de ayer no fue la primera asamblea desbaratada por las protestas en contra del proyecto de Porto Cabral. El 21 de abril los opositores al macrocomplejo de Eurofund ya obligaron a Luis Rodríguez a levantar la cita y buscar una nueva fecha. La próxima votación -la tercera ya- se demorará con toda probabilidad varias semanas. Los estatutos del colectivo exigen que disten 15 días al menos y la comunidad debe buscar un espacio adecuado y disponible.

Nervios en aumento - A lo largo de toda la mañana la tensión a las puertas del Ifevi fue en aumento hasta que los policías realizaron una carga. Fuera del recinto se manifestaban cerca de 250 personas.