Ryanair ofreció ayer a Aena una propuesta de plan de crecimiento para incrementar el tráfico aéreo español en 5 millones de pasajeros al año. Por supuesto, este planteamiento lo ligó a una condición económica: que se reduzcan las tasas aéreas que, según manifestó el máximo responsable de la aerolínea, Michael O'Leary, se aumentaron de forma "injustificada y excesiva".

El polémico presidente de Ryanair dejó entrever durante su intervención en Madrid que si Aena no cede a esta petición, la aerolínea podría buscar otros mercados fuera de España y reducir su presencia en el territorio nacional.

Las amenazas y el chantaje no es nuevo. La compañía financiada por la Xunta de Galicia desde 2005 en Santiago ya quitó rutas internacionales en Lavacolla para presionar al Ejecutivo gallego. Su negociación dio frutos y el Gobierno gallego le renovó por otros tres año. El contrato vence a finales de este año.

Aunque ayer transcendió a través de un conocido blog aeroportuario de Santiago que la Xunta había remitido ya una propuesta a Ryanair para que continúe operando en Lavacolla, fuentes oficiales de la Consellería de Infraestructuras desmintieron esta información. "No hay ningún contacto, cero. No tenemos ni idea de donde saca el blog esa información", aseguraron a preguntas de este periódico.