El elevado índice de siniestralidad de la autovía A-55 entre Vigo y O Porriño es incuestionable, pero plagarla de radares, como acaba de hacer Tráfico, responde, a juicio de transportistas y taxistas, a un "afán recaudatorio" que -avisan- no resolverá el elevado índice de siniestralidad. El mal endémico con el que nació esta autovía a principios de los 90 no ha conseguido todavía corregirse. Casi a diario se siguen produciendo accidentes. La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene ahora y en menos de diez kilómetros -en ambos sentidos- hasta siete puntos de control de velocidad diferentes entre fijos y camuflados. Las autoescuelas, aunque no se posicionan tan abiertamente como los transportistas o taxistas, sí remarcan que la accidentalidad de la A-55 "no se solventa con radares, sino mejorando el trazado".--- NO TOCAR ---

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