Antes de desgranar las expectativas que genera la Cumbre Hispano-Lusa, los alcaldes de la Eurorregión valoran, sobre todo, que la cita ibérica se mantenga en el calendario. Antes de que Rajoy y Passos Coelho la retomasen en 2012 ambos países carecieron durante tres años de una jornada clave para alcanzar acuerdos sobre cuestiones prioritarias. Entre ellas, además de los peajes y el tren Vigo-Oporto, los regidores destacan el problema del "roamming" en la frontera -los móviles pasan de operar con una cobertura nacional a otra extranjera- y las molestias que ocasiona a los habitantes de villas como Tui o Valença. "Es una cuestión muy importante", resalta el regidor de esta última localidad lusa, Jorge Mendes.

El ferry del Miño y sus problemas con el calado del río es otra de las materias que reclama un hueco en la cumbre. "El último dragado se hizo ya hace año y medio aproximadamente; sabíamos que antes o después íbamos a tener dificultades. Reclamamos una solución que se aguante en el tiempo", apunta el regidor guardés, José Manuel Domínguez Freitas antes de lamentar la falta de apoyo por parte del Gobierno central.