Asesoró a Alexandre Bóveda para redactar el Estatuto de Autonomía de Galicia y de la Caja de Ahorros de Vigo, impulsó las Irmandades da Fala y defendió la II República, se convirtió en el primer abogado gallego de derecho mercantil y fue desterrado a Verín durante tres años cuando intentó salvar al exalcalde Martínez Garrido y al socialista Heraclio Botana del fusilamiento en 1936 en el cementerio de Pereiró. Roberto González Pastoriza (Moaña, 1898-Vigo, 1986) es uno de los ilustres vigueses a los que la historia no le ha hecho justicia pese a sus numerosos méritos.

La Irmandade Xurídica Galega, colectivo formada por jueces, fiscales, abogados y funcionarios que fomentan el uso del gallego, se ha propuesto en su reunión anual -a celebrar este próximo fin de semana en la ciudad- homenajear al letrado con la edición de un libro y la colocación de una placa en la calle Progreso, donde tuvo su despacho. "Amaba el gallego, me enseñó a escribirlo y durante mucho tiempo no pudo utilizarlo. Ya cuesta ahora, imagínese entonces", afirma su nieto Jaime Barreras González-Pastoriza, también abogado y que llegó a ser pasante de su abuelo. Asesor de Alexandre Bóveda, se inició en el despacho de abogados de otro regidor vigués, Gregorio Espino, y tanto la mediación de éste como la influencia de su esposa (familiar del general Sanjurjo) le libró de ser arrestado tras el Alzamiento Nacional.

Humanista y galleguista comprometido, el homenajeado fue también miembro de la Real Academia Galega, constituyó el Comité de Derecho Marítimo de Vigo y participó tanto en los actos promovidos por la Fundación Penzol, a los que donó parte de su biblioteca, como en los de la Asociación Cultural.

Destacados miembros de la Irmandade Xurídica como los fiscales Carlos Varela y Benito Montero, así como su presidente Xaquín Monteagudo y José González, de la Asociación de Funcionarios para a Normalización Lingüística, mostraron ayer su admiración por la labor de González Pastoriza y alabaron su defensa del idioma en momentos complicados junto a otros destacados galleguistas como Cabanillas, Bouza Brey, Castelao o Paz Andrade. Por todo ello, este viernes descubrirán la placa en su honor y asistirán, al día siguiente, a una reunión anual en la que también se homenajeará al catedrático Xosé Antón Gómez Segade y al Colegio de Avogados de Vigo. Además, entrarán a formar parte de la Irmandade Xurídica 35 nuevos miembros, tres de ellos jueces, que prometerán "galleguizar" su labor profesional.

Durante el acto de presentación, la Irmandade destacó que apenas un 10% de escritos judiciales se escriben en gallego y reclamó a la Xunta que lo incorpore a los programas informáticos. "Es inaceptable que todavía no esté disponible en nuestro idioma y no es difícil de conseguir", aseguró Monteagudo.

El colectivo se creó en el año 2008 y ya cuenta con 267 miembros, de los que 28 son jueces y 9 fiscales. También forman parte numerosos abogados, procuradores y funcionarios.