La crisis demográfica ha pasado factura a Vigo, que retrocede en población a niveles de 2008 después de dos años consecutivos de aumento y se aleja del anhelado listón de los 300.000 habitantes. El censo provisional del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero de 2013 sitúa el número de empadronados en 296. 378, según los últimos datos que ha remitido al Concello, lo que supone una bajada de casi un millar respecto a la misma fecha de 2012, cuando el organismo estatal contabilizaba 297.355, el récord absoluto de la urbe según las tablas de sus registros históricos.
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