La muerte de un caniche por el ataque de un american staffordshire ha reavivado la inquietud en el vecindario de Coia por los riesgos que pueden entrañar los perros potencialmente peligrosos si no se toman las medidas de seguridad adecuadas. Desde el suceso han pasado por la asociación Camiño Vello seis vecinos quejándose de la presencia de canes de grandes dimensiones sueltos y sin bozal. "No hay alarma pero sí preocupación", afirma el presidente del colectivo, Rubén Núñez, que en verano ya envió una carta al Concello pidiendo una campaña tanto de señalización para advertir a los dueños de la normativa, como para demandar papeleras específicas de recogida de excrementos de perro. "No nos hicieron caso", lamenta, y afirma que desde Praza do Rei "se debe actuar colocando carteles de aviso, y la Policía apercibir y sancionar a quienes llevan a estos animales sueltos".