Una fiesta para celebrar que los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis tienen a dos nuevos religiosos en su gran familia. Es lo que hoy celebrará la congregación con la toma de hábitos de Ricardo Romero Gómez e Iván Carrera Blanco, en la misa que, presidida por el obispo Luis Quintero Fiuza, se celebrará a las 19.00 horas. Pero antes habrá tiempo para pasarlo bien con una comida familiar, donde no faltarán los regalos, y una fiesta con actuaciones de grupos, de los propios internos y demás religiosos. Todo en honor a Iván y Ricardo quienes, tras seis meses como aspirantes y dos años de noviciado, vestirán el hábito.

Los dos dejarán así atrás sus vidas anteriores para emprender una nueva singladura bajo los designios de su vocación. Iván, vigués de 35 años, trabajaba en una productora de televisión. "Vivía separado de todo esto pero entre los 25 y los 28 años sentí la llamada que me arrancó de la realidad que yo creía que iba a vivir", explica. "Fue una búsqueda espiritual intensa durante bastante tiempo y cuando empecé a comprender ese amor que Dios había puesto en mi ser y que debía entregarlo al mundo, vino la pregunta clave: ¿de qué manera voy a servirle?". Entonces conoció la existencia de los hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres tras leer una información en FARO, donde salía el hermano Donaire, responsable de la congregación en Vigo. "Apareció esta casa en mi vida y ahora tengo la certeza de que es el lugar donde el Señor quiere que le ayude en su plan de amor", sentencia.

Ricardo, nacido en Buenos Aires en 1966, trabajaba en un banco en su país natal cuando fue de vacaciones a Fátima. Después se quedó en Barcelona, donde tenía un conocido, a trabajar como en su empresa. "Siempre he buscado la verdad y la vida espiritual pero fue la lectura el Evangelio lo que despertó la vocación", explica. "Es algo especial, me siento pleno", asegura. Conoció la casa de Barcelona y después de dos días de discernimiento espiritual tras Pentecostés de 2010, decidió entrar en la congregación. "Renuncié al trabajo y vine a Vigo el 12 de diciembre de 2010", apunta, e inició así el noviciado.

Llevan dos años y medio de formación, lejos de sus vidas anteriores y con una fe que se ha visto reforzada. Hoy, a las siete de la tarde, dejarán atrás definitivamente una etapa de su pasado para afrontar una vocación de servicio y entrega a los demás. "Aquí atendemos y ayudamos en lo que podemos a los más desfavorecidos y a los excluidos sociales", relata el hermano Donaire. "Y es cierto que a veces hay días malos, pero todo se pasa porque si hay verdadera vocación y uno hace el trabajo con cariño y alegría, siempre se puede salir adelante", asegura, optimista.

Por su albergue pasan personas de todo tipo que necesitan ayuda y en su residencia atienden a dependientes. "Vivimos muy pobremente", reconoce Donaire, "pero siempre salimos adelante". Precisamente ese espíritu de entrega y de ayuda a los demás es lo que ha impulsado tanto a Iván como a Ricardo a tomar los hábitos. Con ellos serán siete los hermanos en Teis, pero pronto serán más ya que cinco novicios más esperan su día.