Aunque es natural de Suime, en Rodeiro, Antonio Vázquez reside en Vigo junto a uno de sus hijos y ayer toda la familia se reunió en un restaurante de Samil para celebrar su cumpleaños. El homenajeado, que alcanzó el siglo de vida el día 13, bailó un pasodoble y disfrutó de una merecida fiesta en la que actuó un grupo de sevillanas y no faltaron los regalos, entre otros, una fotografía familiar, un cuadro de plata y un retrato al óleo.

Antonio se lo pasó en grande en compañía de sus dos hijos, sus dos nietos y sus cuatro bisnietos. Los familiares, que lo definen como "un gran padre y un gran abuelo", dicen que es una persona "muy alegre y habladora" que siempre regala buenos consejos: "Tiene una memoria tremenda y lee el periódico siempre, aunque a veces no le gusta nadan las noticias".