Las terrazas de hostelería se multiplicaron en los últimos años tras la aplicación de la rebaja del 95% en la tasa del Concello, lo que dejó el coste anual en cifras inferiores a los 50 euros en la mayoría de los locales. Sin embargo la ocupación es especialmente baja en este inicio de temporada, según los testimonios recabados, debido a las casi continuas lluvias.

El ritmo de solicitudes al Ayuntamiento para colocar mesas y sillas es similar al de 2012. A finales de febrero habían pedido permisos los dueños de 127 cafeterías y restaurantes, prácticamente la misma cifra que el año pasado a esas alturas (128 entonces). Con vistas a las próximas fechas festivas se han acelerado las solicitudes. El viernes el Concello contabilizaba 148. La cifra, con todo, está muy lejos de la que se alcanzará en verano. En la temporada estival anterior se alcanzó el medio millar y la previsión es llegar a números similares en 2013.

"Dentro bien, pero la terraza muy mal", explica Francisco Javier Fontela, propietario de la cafetería DPikoteo, en Montero Ríos, una de las zonas clásicas de terraceo de la ciudad. El local paga tasa por una veintena de mesas pero está poniendo solo cuatro debido al mal tiempo reinante. Otro de los negocios del mismo paseo ha dejado incluso de abrir los domingos al no considerarlo rentable sus dueños. Los hosteleros demandan al Concello que organice actividades en fechas festivas para promover atraer a los ciudadanos a la zona.

La Federación Provincial de Hostelería reclamó desde hace años la tasa cero en las terrazas y aplaudió su aplicación al considerarlo un "alivio" para el sector en tiempos de crisis. Este año sin embargo apenas ha servido de ayuda. "Desastroso, pero tanto en las terrazas como en el interior. La situación empeora", lamentan responsables de la entidad.