Carta de la familia de la mujer fallecida en Urgencias

"Todos tenemos derecho a morir con dignidad"

Los sobrinos de la víctima exigen conocer el informe médico completo y que se revisen los protocolos médicos

REDACCIÓN

"A lo largo de estos seis días que han sucedido a la muerte de nuestra tía, nos hemos visto envueltos, sin haberlo pretendido, en una marea de noticias, interpretaciones y declaraciones que no siempre han sido ajustadas a la verdad". Así empieza la carta pública redactada por los sobrinos de Dolores, la octogenaria que falleció el martes por la noche esperando a ser atendida en el servicio de Urgencias. Su familia reclama que el debate se centre "en el derecho de todos a morir con dignidad" y sostienen que su "guerra", ahora, es conocer el informe médico completo, que se revisen los modelos de atención de Urgencias y se ofrezca un mejor trato a los pacientes. Este es su relato:

"No queremos entrar en la guerra de lo que fue, lo que pudo haber sido, de quienes son culpables, de los recortes, de los boxes o demás historias. Lo que está claro, es que nuestra tía murió en la sala de espera, sentada en una silla de ruedas ante el asombro de los demás ciudadanos que allí se encontraban.

Es muy probable que su entrada en los boxes no le hubiera librado de morir, pero nadie desea para un ser querido que sus últimos instantes ocurran así.

La incredulidad y la indignación nos llena de ira ante un sistema hospitalario al que exigimos que se ocupe de dar auxilio y atención adecuada a un enfermo, respondiendo a sus derechos básicos como ser humano.

Muy pocos de los que han hablado estos días en los medios estuvieron presentes en esa sala el martes a las diez y media de la noche. Solamente los que acompañaron a nuestra tía pueden opinar. Entre ellos nosotros. Ni las declaraciones de la dirección médica del Xeral, ni de la conselleira de Sanidade, ni de los médicos de Urgencias se centran en lo fundamental: el derecho a morir con dignidad que todos exigimos para nuestros enfermos.

En un país respetuoso con sus ciudadanos, las instituciones deben poner los medios necesarios para evitar sucesos similares en el futuro, antes que perder el tiempo y el dinero tirándose al circo mediático. Ningún enfrentamiento político o laboral va a resolver una situación que esperamos no vuelva a ocurrir. Nosotros no vamos a entrar en esa guerra. La Fiscalía decidirá hasta donde se debe llegar ante los hechos verídicos que pueda recabar.

Nuestra guerra es otra, por ello exigimos que nos envíen a la máxima celeridad posible el informe médico completo, tal y como se nos garantizó; que se analicen y revisen los modelos de atención de Urgencias, sus protocolos y sus indicadores para que el tiempo de espera no sea el parámetro que marca la buena o mala atención, sino las medidas paliativas que se aplican en la fase previa a la atención facultativa; y que el trato a los ciudadanos sea el correcto, sin respuestas fuera de lugar en momentos tan críticos.

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