La familia de la mujer fallecida el martes en la sala de espera de Urgencias recibió el miércoles una llamada de la Dirección del Hospital Xeral asegurándole que ayer tendrían a su disposición el informe médico de D.A.M. que elaboraron los profesionales del servicio la noche de su defunción. Sin embargo, no fue así. "Alegando procedimientos administrativos y apelando a la ley de protección de datos" el centro hospitalario todavía no ha facilitado a la familia este escrito, según relatan sus integrantes. Abrumados por la repercusión mediática del caso, prefirieron no realizar más declaraciones.

En su comparecencia de ayer, responsables del Hospital Xeral rehusaron hacer públicos los motivos que llevaron a la paciente de 81 años el martes al servicio de Urgencias por "confidencialidad". La familia explicaba el miércoles que la mujer llegó al hospital con fatiga generalizada y dificultad para respirar. Contaron que uno de los sanitarios que les pidió disculpas tras el suceso justificó la demora en la evaluación realizada en el mostrador de admisión: "Puso que era un cansancio por no comer". La sobrina que la acompañaba en el momento del fallecimiento no comprende que con el historial de su tía y ante el estado en el que se encontraba, no la atendieran antes.

Fue la enfermera de la residencia de las Hermanas Angélicas, donde vivía D.A.M. y donde la trataban "maravillosamente", la que se percató del mal estado de la mujer, por lo que alertaron a sus allegados. A la familia le parece "inconcebible" que "una monja vea que se está muriendo" y que los médicos de Urgencias no hayan sido capaces de darse cuenta.