Responsable de las más recientes investigaciones sobre pecios antiguos en las costas de Galicia, Miguel San Claudio (A Coruña, 1964) presentará en el congreso de Cartagena, además de la investigación sobre los barcos hundidos de la flota de Drake, otros estudios realizados por su empresa Archeonauta.

-¿En qué pruebas se basa para asegurar que esos dos pecios son de la flota de Drake?

-Además de otros elementos, manejamos una amplia documentación recopilada a lo largo de estos últimos cinco años. Textos antiguos que describen con detalle las características de los barcos y que coinciden con los encontrados desde 1960. Para nosotros no hay lugar a dudas.

-Una vez identificados, ¿qué quedaría por hacer?

-Pues todo. Lo primero sería ver qué es lo que queda de lo que se encontró hace medio siglo. Es el procedimiento normal en cualquier país que mime su patrimonio sumergido. Pero aquí se encuentran cosas y luego se olvidan o no se quiere invertir en investigarlo. Y como consecuencia, el patrimonio sumergido acaba arruinado. Si comenzamos a tomarnos en serio este asunto, dada la colección de pecios antiguos que ocultan nuestras aguas, podríamos competir con otras comunidades, donde le sacan buen rendimiento cultural y turístico.

-¿Entonces usted abogaría por permitir, por ejemplo, las inmersiones turísticas sobre esos restos o en los de Rande?

-Desde luego y siempre que exista un control. Porque nunca se llegará a valorar ni a proteger el patrimonio sumergido si no lo conoce la sociedad. El ocultismo en este caso es contraproducente.