El XaTcobeo alcanza esta semana los diez meses en órbita sin dejar de emitir con normalidad y se aproxima a la proeza de alcanzar un año de plena actividad en unas condiciones extremadamente adversas y hasta ahora inéditas para la ingeniería espacial. El satélite vigués y el diseñado por la Universidad Tecnológica de Bucarest son los únicos supervivientes de los siete cubesats lanzados al espacio el pasado febrero a bordo del cohete Vega de la Agencia Espacial Europea (ESA).

"Es un éxito haber llegado hasta aquí. El XaTcobeo sigue emitiendo y, en principio, está bien protegido, pero en cualquier momento puede haber problemas. Hemos validado aproximadamente el 85% del hardware y el software y ahora mismo estamos esperando que baje a una órbita más favorable para realizar algún experimento más", señala el profesor y responsable de la misión, Fernando Aguado.

La última baja en el espacio ha sido la del satélite polaco, el PW-Sat, que logró contactar con su estación de control el mismo día del lanzamiento desde la Guayana francesa a igual que el XaTcobeo. El ingenio francés Robusta no fue capaz de establecer comunicación por un defecto de fabricación y los otros tres cubesats diseñados en Italia, que envío dos, y Rumanía dejaron de mantener comunicación con sus respectivas bases la pasada primavera.

El otro superviviente en el espacio, el húngaro Masat-1, continúa operando con normalidad y ha enviado hermosas fotografías de la Tierra vista desde su insólita perspectiva.

En los últimos diez meses, tanto el ingenio de Hungría como el diseñado por el equipo de la Universidad de Vigo se han enfrentado a unos niveles de radiación históricamente elevados e incluso a un eclipse solar.

La misión del XaTcobeo, que entró en órbita con una previsión de tres meses de vida útil, consistía en comprobar la validez de su sistema de despliegue de paneles solares y la radio reconfigurable desde la sala de control viguesa, además de medir los elevados niveles de radiación que ha soportado al atravesar los anillos Van Allen.

Aguado estima que el primer satélite gallego, una vez deje de emitir, tardará varios años en reingresar a la atmósfera y desintegrarse.

Para entonces el XaTcobeo ya habrá pasado a la historia de la universidad viguesa, donde hoy continúa trabajando en nuevos proyectos un equipo de profesores y estudiantes con la formación que requiere este exigente sector de la industria y la investigación.

La institución se ha convertido en un referente y el profesor Aguado participa esta semana en un congreso de estandarización y verificación de microsatélites que se celebra en la isla japonesa de Kyushu. Junto con medio centenar de expertos internacionales, el experto vigués ha sido invitado para avanzar en el diseño de protocolos y procedimientos de evaluación de estos pequeños satélites a partir de la adaptación de los estándares de los de mayor tamaño.