La huelga indefinida en el servicio de transporte urbano alcanza su novena jornada. Dirección y plantilla de Vitrasa volvieron a sentarse ayer a la mesa de negociación después de tres días sin contactos, pero no lograron avances sustanciales. La concesionaria ofreció a los sindicatos una nueva propuesta de convenio colectivo con variaciones que, tras un breve receso, la plantilla rehusó valorar. "Estábamos cansados", explicaba a la salida Juan Narciso Pazos, presidente del comité de empresa, quien avanza no obstante que la nueva oferta "empeora la anterior". El diálogo se retomará esta tarde.

"La negociación sigue enrocada; nos separa lo económico y la jornada", zanja Pazos. El representante de los empleados concreta que la empresa habría planteado en su nuevo borrador una reducción de seis horas laborables al año y el aumento de 50 euros no consolidados. A cambio retiraría de la mesa la jornada libre por los cuatro festivos trabajados acordada estas últimas semanas.

La nueva cita se produce después de que los mediadores, José María Casas de Ron y Verónica Martínez, decidieran el jueves pasado suspender el diálogo al no percibir las "condiciones" para el acuerdo. Ayer los funcionarios convocaron a las partes a las ocho de la tarde en la Inspección de Trabajo para comprobar hasta dónde estaban dispuestos a ceder para suspender la huelga indefinida que mantiene al transporte público vigués, desde hace nueve días consecutivos, con unos servicios mínimos del 40% en horas punta y el 25% el resto de la jornada.

El paro entró en su segunda semana sin una fecha para retomar la negociación y con protestas de los trabajadores ante las administraciones para exigir "un convenio justo". Su primera parada, por la mañana, fue la lonja del Concello, donde exigieron con cánticos un acuerdo con la concesionaria municipal. Una pequeña representación del comité de huelga y los sindicatos subieron a Alcaldía para solicitar una reunión con el alcalde o el edil de Tráfico, pero finalmente fueron recibidos por el jefe de gabinete del regidor. "Le explicamos nuestras demandas y los fallos que se están cometiendo con unos servicios mínimos que desatienden al rural y están denunciados desde el día 23", resumía Pazos tras el breve encuentro. El portavoz de los trabajadores lamentó entonces el "empecinamiento" de la empresa con la subida de las horas anuales de trabajo, que es el punto donde se bloquearon las negociaciones el jueves.