El quinto día de negociación se cierra sin acuerdo y la huelga en el transporte público vigués continúa una jornada más. El mediador y jefe Provincial de Trabajo y Seguridad Social, José María Casas de Ron, volverá a sentar hoy a la dirección de Vitrasa y a los representantes de los trabajadores para intentar consolidar los avances realizados el pasado lunes y poner fin a cuatro días de paro consecutivo con servicios mínimos del 40%.

Las casi nueve horas que estuvieron encerradas las dos partes en la sede de la Inspección de Trabajo no fueron suficientes para sellar un principio de acuerdo. La tensión ocasionada por los actos vandálicos del martes por la noche, cuando fueron apedreados dos autobuses, y la denuncia de Vitrasa por el "trato vejatorio" que dio un pequeño grupo de huelguistas "identificado" a una trabajadora no eran un escenario propicio para avanzar en la negociación. De hecho, estos incidentes llevaron al director general de la concesionaria, Juan Carlos Villarino, a amenazar con romper de forma definitiva el diálogo si el comité de empresa no condenaba públicamente el vandalismo y pedía disculpas a la empleada.

"No aceptaron suspender la huelga para poder negociar con tranquilidad e incumplieron su promesa de protestar pacíficamente. Seguimos con el diálogo por responsabilidad con los vigueses, pero se está poniendo en riesgo la seguridad de nuestros usuarios y eso es intolerable", censuró Villarino durante un receso en el que mostró públicamente la piedra que el martes por la noche impactó contra una luna de un autobús de la línea 8 con pasajeros.

Después de unos minutos de incertidumbre, el mediador solicitó a Vitrasa que volviera a entrar y sobre las doce y media de la mañana se retomaba la conversación hasta las nueve y media de la noche. El esfuerzo fue en vano y poco después Vitrasa anunciaba que hoy a las once "se retomará la negociación" y colgaba los nuevos servicios mínimos en su web.

Narciso Pazos, presidente del comité de empresa, se mostraba preocupado por el "estancamiento" de las conversaciones. Desde el acuerdo sobre los dos descansos semanales alcanzado el lunes, poco se ha avanzado y el diálogo sigue bloqueado en las horas de jornada anual que la plantilla quiere mantener en 1.735 y la empresa pretende elevar a 1.800. "Estamos como el lunes. Nos presentaron una propuesta que rechazamos, la segunda se la tumbó el negociador y hoy jueves se comprometieron a exponernos una tercera", explicaba el portavoz de la plantilla, que considera el encontronazo con la trabajadora denunciado por la dirección "un enfrentamiento verbal sin consecuencias graves" al tiempo que pidió disculpas a los usuarios por las molestias.

El alcalde volvió ayer a reclamar una solución inmediata a las dos partes y que no se levanten mientras no lleguen a un acuerdo, mientras el PP lo responsabilizó a él del conflicto por "estar ausente".