Más de un centenar de jinetes tomaron ayer las calles del centro de Vigo ante la sorpresa de los viandantes que, con estupor, veían como una gran manada de caballos sustituía por unos minutos al tráfico de vehículos en zonas como Gran Vía o Plaza de España. Esta imagen nada habitual en la urbe tuvo una explicación reivindicativa. No era una manada desorientada, sino que formaba parte de uno de los múltiples actos de protesta que la Asociación de Gandeiros da Serra do Galiñeiro y de A Groba lleva realizando durante las últimas semanas para presionar a la Xunta a que retire la obligatoriedad de colocar microchips identificativos a los animales criados en libertad.

Las decenas de personas que paseaban a primera hora por el parque de Castrelos fueron los primeros sorprendidos. Allí, procedentes en su mayoría del Val Miñor, se concentraron los ganaderos a lomo de sus caballos a las once de la mañana. Padres, hijos, abuelos... En la marcha equina participaron familiares de diferentes generaciones. "No al decreto equino de la Xunta; no a microchip de los caballos salvajes", rezaba su lema.

Desde el parque se dirigieron luego hacia Plaza de América, desde donde subieron por Gran Vía a la Plaza de España. Allí, con el monumento a Los Caballos de Juan José Oliveira que preside la plaza, los participantes en la marcha leyeron un manifiesto ante la atenta mirada de los curiosos que se toparon con esta gran concentración equina en pleno centro de Vigo.

Los propietarios de caballos salvajes se oponen a la implantación del microchip para identificar a las reses criadas en libertad. Con esta medida la Xunta persigue evitar problemas mayores cuando estos animales causan algún accidente de tráfico o invaden propiedades privadas.

Los ganaderos comparten la obligatoriedad de identificar a los caballos, pero defienden la fórmula tradicional. "La Xunta nos quiere imponer un modelo que no va a solucionar los problemas amparándose en la hipotética obligatoriedad de las leyes europeas [...]. Pero en la resolución de una denuncia de la Asociación de Propietarios de Cabalos Salvaxes do monte de A Groba dice claramente que la Xunta tiene potestad para hacer las excepciones que estime oportunas con los caballos salvajes y regular su identificación con las marcas tradicionales si así lo quisiera", reclamaron en su manifiesto. "No queremos privilegios ni que se nos regale nada; solo mantener un patrimonio que es de todos los gallegos", sentenciaron.