Cuando una persona quiere tunear su vehículo, debe ajustarse a las condiciones recogidas por ley y solo hay un servicio técnico en Galicia con capacidad para certificar si las reformas en el diseño original del vehículo cumplen la normativa. Es el CIMAlab, una extensión del grupo de investigadores del Centro de Ingeniería Mecánica y Automoción de la Universidad de Vigo que, desde 2006, trabaja en unas oficinas de la escuela de ingeniería. A partir de septiembre contarán con 1.310 metros cuadrados donde poder realizar sus ensayos en las naves bioclimáticas de Porto do Molle.

El investigador principal del proyecto, José Antonio Vilán, y el director general de la Fundación Empresa Universidad Gallega (Feuga), Francisco Javier Pereiro, firmaron ayer con la delegada del Consorcio de la Zona Franca, Teresa Pedrosa, el contrato de alquiler de las instalaciones donde se instalará el primer laboratorio de ensayos de reformas de vehículos en Galicia. Esperan que por ellas pasen alrededor de 200 vehículos al mes. Las nuevas instalaciones reportarán importantes beneficios para el sector de la carrocería en Galicia, que aglutina a medio centenar de empresas. Resultará más barato y rápido desplazar los vehículos a la nave del CIMAlab que los investigadores con sus equipos a cada una de las empresas.

Casi todas las empresas carroceras de Galicia recurren a este grupo de 10 investigadores doctores y 30 becarios, pero también reclaman sus servicios fuera de la comunidad. "Incluso en Canarias", destaca Vilán. Así, en volumen de trabajo y reconocimiento, se sitúan tras los cuatro o cinco servicios técnicos más potentes de España –todos ubicados en Madrid y Cataluña–. No solo trabajan con turismos, sino también con motocicletas, tractores o furgones. Pero lo más impórtate son los camiones. Al llegar de fábrica, solo con el chasis y la cabina, todos necesitan ser carrozados (con una grúa, una caja vasculante...) y un informe que avale esta modificación.

Desde sus despachos de la Escuela de Ingeniería Industrial, los miembros del CIMAlab certifican que los cambios en el diseño de los vehículos ya matriculados se adaptan a la normativa o asesoran a los carroceros para solucionarlo si no es así. Tras esto, tramitan la firma de su homologación con los cuatro únicos centros acreditados para ello en el país. Una labor principalmente documental para la que, hasta ahora, no han requerido mayores instalaciones. A la hora de hacer ensayos (de frenada, de dirección, de dimensiones o de iluminación, entre otras cosas), se trasladaban hasta las empresas que demandaban sus servicios con sus consecuentes costes de desplazamiento.

Ahora, con el cambio de la normativa y las condiciones de las ISO (que obtuvieron hace ocho meses), están obligados a inspeccionar los camiones de forma directa también para las certificaciones. "No nos caben en la Universidad, necesitábamos una nave industrial y un suelo completamente liso", explica Vilán. Por ello, su nuevo destino es la nave bioclimática número 25 que la Zona Franca dispone en el parque de Porto do Molle, Nigrán. Serán los cuartos en instalarse en estas construcciones industriales españolas pioneras en buenas prácticas medioambientales. Dispondrán de 1.310 metros cuadrados donde podrán ampliar el abanico de ensayos que ofrecen y, así, poder tramitar más homologaciones sin salir de Galicia. Para ello, prevén invertir alrededor de tres millones de euros en los próximos cinco años. Todo, incluido el alquiler de la nave, a través de la autofinanciación. "No hemos recibido ni un solo euro ni de la Universidad ni de la Xunta", lamenta.

La meta: firmar homologaciones, como en Madrid y Cataluña

El traslado de CIMAlab a una nave industrial es una buena nueva para el sector de la carrocería por el ahorro que le supondrá poder hacer en Galicia ensayos para los que, hasta ahora, se desplazaban a Madrid o Tarragona. Sin embargo, la noticia que más desean escuchar es que el Ministerio de Industria concede a CIMAlab la capacidad para homologar las reformas en los vehículos. A partir de 2014, con la aplicación de la nueva normativa, los carroceros se convertirán en fabricantes de segunda fase y tendrán que llevar todos los camiones a los cuatro servicios técnicos de Madrid o Cataluña para que la Guardia Civil les permita circular. "Para nosotros será un gasto muy grande y estos laboratorios se van a colapsar", vaticina Jaime Denís Osorio, presidente de la Asociación de Carroceros de Vehículos Industriales en Galicia.

Para el investigador que coordina CIMAlab y vicerrector de Transferencia, José Antonio Vilán, esta también es su principal meta. Además de por contribuir a devolver la competitividad al sector carrocero gallego, también por el volumen de facturación de los cuatro centros que funcionan en la actualidad, que es de 5 millones de euros al año. "El nuevo subdirector general ve factible que podamos hacer homologaciones a partir de 2014", avanza Vilán.