Es el más joven y su distinción es doble. Rodrigo Currás (Moaña, 1980) ha sido galardonado con el premio "Arquitectura en Positivo" por una vivienda unifamiliar en Cangas y por la rehabilitación de otra en Combarro. Un reconocimiento que se suma, entre otros, al "Gran de Area de Aportación á Arquitectura" 2008. "A pesar del mensaje de aliento que pretende enviar este certamen, tengo que reconocer que no sé en este contexto de crisis hacia donde pueden orientarse los estudios", lamenta.

Dos viviendas unifamiliares

La vivienda de A Retirosa (Cangas) se plantea sobre una superficie muy limitada, por lo que las terrazas y porches a varias alturas minimizan la pérdida de espacio. El resultado son volúmenes diferenciados: uno más austero y rígido que contiene el área de noche, y otro más libre e informal pensado como la zona de ocio y que tiene como punto culminante una terraza con vistas a la ría. El arquitecto hizo en esta obra un guiño al propietario, vinculado al sector naval, con una estructura que simula estar colgada.

El segundo proyecto por el que Currás ha sido reconocido consiste en la rehabilitación de una vivienda en el casco histórico de Combarro. La mayor dificultad estribaba en la proximidad de las medianeras y en la limitación de la altura por la normativa urbanística, por eso recurre a un sistema de forjados tensados que minimizan su espesor aparente. Currás recuperó también el antiguo soportal que el plan especial obviaba. Una claraboya interior proporciona sensación de amplitud y calidez. "Mi objetivo fue ganar espacio", insiste.

"Estoy muy agradecido a mis clientes por haberme dado trabajo y, sobre todo, por confiar en mí y haberse dejado aconsejar, está claro que ellos tienen mucho que ver con las dos distinciones", admite. En este sentido, considera que "cada vez más, los clientes se preocupan en buscar algo diferente".

Entre Oporto y Helsinki

Rodrigo Currás se licenció en la ESAP (Oporto) tras haber desarrollado como estudiante invitado su proyecto fin de carrera en la HUT (Helsinki). Por este motivo, y tal y como está la situación en España, no descarta irse. "Cuando montas un estudio te atas a las pocas obras que tienes y es más difícil tomar esa decisión, pero como ya sé lo que es vivir fuera no la descarto porque me adaptaría bien", reconoce. Sin embargo, admite que para emigrar en buenas condiciones "generalmente tienes que irte contratado por una empresa española porque montar un estudio de la nada en un país donde no tienes contactos es casi imposible". Currás se mantendrá expectante para ver si, finalmente, Brasil o la India se consolidan como buenos destinos para arquitectos.